Hoy todo son malas noticias. Nadie está preparado para esto.
Es día 90.
Llueve.
Paula y yo damos vueltas en la cama sollozando hasta que vienen los amiguis y nos hacen compañía. Salimos a la terraza pero está todo mojado, ¡hoy no podemos ni desayunar felizmente!
Qué tipo de castigo es este...
Encontramos una sombrilla que nos sirve de paraguas y barajamos opciones para el día de hoy. ¿Esperar a ver si deja de llover? ¿Comprar cervezas para todo el día? ¿Nos hacemos tatuajes?
Esperaremos al resto a ver qué opinan.
Mientras tanto me voy con Paula al supermercado a comprar alguna cosillas de comer para que prueben los hermanos. Qué majas somos.
Volvemos y muy decididas (ella decidida a acompañarme), cogemos la moto hacia la tienda de tatus pero está cerrado. ¿Será una señal?
Volvemos al hostel, ya están todos despiertos. No está claro el plan de hoy, lo que si es que no apetece mucho ir a la playa a mojarse el culo en la arena.
Vagueamos un poquito y decidimos volver a la tienda una vez más, ir a comer y hacer un pequeño guateque final de despedida.
Llegamos y nos abre el padre del tatuador que está limpiando y poniendo ofrendas en el pequeño altar. Llama a su hijo que está aún en la cama y mientras nos da charlita. Pide alguna foto y nos enseña bien orgulloso las obras maestras de su hijo.
Llega el momento. Estamos casi todos como una gran familia en ese pequeño cubículo (sólo falta Jorge que se ha quedado practicando ukelele).
Me tatuo y duele mucho, mucho más de lo pensado. ¡Pero merece la pena porque me encanta!
Ahora es más fácil adivinar quién no se ha tatuado a quién sí.
Nos vamos a comer que he sudado mucho y el hambre aprieta. Jorge y Javi no tienen hambre y empiezan con las cervecitas. Boris, Jack y nosotras vamos al Campur-Campur, que se ha vuelto nuestro restaurante de confianza de estos días.
Llegamos al hotel y nos falta tiempo para animarnos, unas cerves, musiquita, bailes, baños en la pisci... A Boris le encanta el reggaeton, ¡es demasiado gracioso!
Entre tanta tontería va pasando la tarde y ya de noche nos vamos a cenar nuestras últimas delicias. Además unos postres maravillosos para poder desayunar mañana algo dulce en un día que será algo amargo. 😂
Una vez terminamos de cenar estamos k.o. Gastamos demasiada energía diariamente y a ciertas horas las pilas se terminan.
Han llegado al hostel nuestros amigos Amrei y Bill, charlamos un poco en las hamacas y nos despedimos. Ha sido guay conocerles y pasar estos ratitos con ellos.
Nos vamos a la cama. Nadie tiene la sensación de que esto se ha acabado. Después de tantos aviones, autobuses, trenes, barcos... que nos han llevado a tantas aventuras y nos han dado tantas experiencias es muy raro pensar que mañana cogemos el avión que nos devuelve a casa.
A pesar de que mis queridos amiguis ya se han puesto romanticones en sus últimos blogs, yo, la vaga de la escritura, soy la responsable del último. Así que algo tendré que hacer y que mejor que entrevistas personales. Aquí están reflejadas las respuestas de cada a uno cuando les pregunto por los sentimientos a día 90 de esta maravillosa experiencia.
Paula:
-¿Pero esto va a quedar registrado? Ha sido una experiencia increíble y hoy tiene que ser el colofón final antes de volver a nuestras rutinarias vidas, que no tienen nada de rutinarias porque no tenemos ni trabajo ni nada. Habrá que buscar un futuro. Aparte de eso, este viajazo ha merecido mucho la pena, hemos conocido a un montón de gente estupenda y visitado lugares que nunca olvidaremos. Ay, 😢.
Javi:
-Mmm, no se, estoy pensando. Va a quedar muy cursi. Me siento agradecido de haberos conocido y haber hecho este viaje. Me quedo con ganas de hacer más.
Jorge:
-No se. Voy a pensar... Titirititi... Pienso que aunque hayamos recorrido muchos kilómetros juntos aún nos quedan muchos más por explorar (Bueno, los kilómetros no se exploran...). Pero sí, ha sido una aventura maravillosa, no solo por lo que hemos visto, si no lo vivido y conocido.
Alba:
-Pero por qué tengo que expresar mis sentimientos, ¡si no me sale! (Lo siento Alba, todos vamos a pasar por esto). Estoy nerviosa, no quiero que acabe. No puedo parar de pensar en qué pasará después.
Ángela:
-Oh vaya, lo malo es que también me toca a mi. Es difícil explicarse. Somos muy afortunados de haber vivido una experiencia así, nos va a acompañar toda la vida. Hemos aprendido y disfrutado mucho. Esto se acaba pero vendrán otras cosas que nos enseñarán más aún lo increíble que es el mundo.
Es curioso, la otra pregunta que les hago a todos y a mi misma, claro, es con qué nos quedamos de todo, sólo una cosa. Todos contestamos lo mismo, con matices y pequeñas diferencias, pero en resumen lo mismo.
Nos quedamos con esta amistad. Que, aunque ya era única en Londres, estos meses de convivencia, diversión, cansancio, decisiones, situaciones difíciles... sólo la han hecho más fuerte.
Desde el momento en que nos bajamos del taxi en medio de la locura del bazar de Nueva Delhi hasta los días de relax sin mover la maleta en Bali no hemos parado de aprender (más de lo que habíamos pensado) y disfrutar juntos.
Antes de empezar mucha gente nos advirtió que sería duro viajar tanto tiempo en grupo. Después viajando conocimos gente que empezó en grupo y terminó sola. Muchos viajeros solitarios se sorprendían al vernos y nos preguntában como lo llevábamos.
Tras tres meses de darnos las buenas noches, los buenos días y acompañarnos hasta al baño, podemos decir que estamos más que felices de habernos encontrado unos a otros y haber tenido esta oportunidad para compartir juntos.
Además, hablando de amigos, lo más bonito de viajar es todas aquellas personas que conoces por el camino. Unas se quedan más que otras pero todas cuentan. Cada aventura y experiencia sirve para aprender, avanzar y disfrutar más.
Hemos conocido grandes amigos que nos llevamos para siempre.
Gracias a todos los que nos habéis seguido, ha sido un placer compartir un poco de nuestra vivencia. Ojalá leernos os haya dado ganas de viajar y ver este mundo que tanto tiene desconocido.
Gracias sobre todo a todos los papás, mamás y herman@s que tuvieron algo de miedo cuando nos íbamos, que pensaron que estábamos locos cuando se enteraron y que luego nos apoyaron en todo. Sabemos que aunque nosotros no queremos que esto se acabe, ellos nos esperan entusiasmados, con los brazos abiertos y esperando para oír tantas cosas que les contaremos.
Pueden estar orgullosos, hemos disfrutado, nos hemos cuidado mutuamente y hemos explorado un mundo diferente. Nosotros estamos más que contentos de saber que podremos contar con ellos siempre (yo preparo el terreno que el mundo es muy grande 😂).
A punto de dejar caer una lagrimilla me despido algo triste pero muy feliz.
Ahora nuestros caminos se separan pero los cinco pertenecemos a una inolvidable etapa de la vida de cada uno.
Nos vamos a echar mucho de menos.
Án ☀️
Es día 90.
Llueve.
Paula y yo damos vueltas en la cama sollozando hasta que vienen los amiguis y nos hacen compañía. Salimos a la terraza pero está todo mojado, ¡hoy no podemos ni desayunar felizmente!
Qué tipo de castigo es este...
Encontramos una sombrilla que nos sirve de paraguas y barajamos opciones para el día de hoy. ¿Esperar a ver si deja de llover? ¿Comprar cervezas para todo el día? ¿Nos hacemos tatuajes?
Esperaremos al resto a ver qué opinan.
Mientras tanto me voy con Paula al supermercado a comprar alguna cosillas de comer para que prueben los hermanos. Qué majas somos.
Volvemos y muy decididas (ella decidida a acompañarme), cogemos la moto hacia la tienda de tatus pero está cerrado. ¿Será una señal?
Volvemos al hostel, ya están todos despiertos. No está claro el plan de hoy, lo que si es que no apetece mucho ir a la playa a mojarse el culo en la arena.
Vagueamos un poquito y decidimos volver a la tienda una vez más, ir a comer y hacer un pequeño guateque final de despedida.
Llegamos y nos abre el padre del tatuador que está limpiando y poniendo ofrendas en el pequeño altar. Llama a su hijo que está aún en la cama y mientras nos da charlita. Pide alguna foto y nos enseña bien orgulloso las obras maestras de su hijo.
Llega el momento. Estamos casi todos como una gran familia en ese pequeño cubículo (sólo falta Jorge que se ha quedado practicando ukelele).
Me tatuo y duele mucho, mucho más de lo pensado. ¡Pero merece la pena porque me encanta!
Ahora es más fácil adivinar quién no se ha tatuado a quién sí.
Nos vamos a comer que he sudado mucho y el hambre aprieta. Jorge y Javi no tienen hambre y empiezan con las cervecitas. Boris, Jack y nosotras vamos al Campur-Campur, que se ha vuelto nuestro restaurante de confianza de estos días.
Llegamos al hotel y nos falta tiempo para animarnos, unas cerves, musiquita, bailes, baños en la pisci... A Boris le encanta el reggaeton, ¡es demasiado gracioso!
Entre tanta tontería va pasando la tarde y ya de noche nos vamos a cenar nuestras últimas delicias. Además unos postres maravillosos para poder desayunar mañana algo dulce en un día que será algo amargo. 😂
Una vez terminamos de cenar estamos k.o. Gastamos demasiada energía diariamente y a ciertas horas las pilas se terminan.
Han llegado al hostel nuestros amigos Amrei y Bill, charlamos un poco en las hamacas y nos despedimos. Ha sido guay conocerles y pasar estos ratitos con ellos.
Nos vamos a la cama. Nadie tiene la sensación de que esto se ha acabado. Después de tantos aviones, autobuses, trenes, barcos... que nos han llevado a tantas aventuras y nos han dado tantas experiencias es muy raro pensar que mañana cogemos el avión que nos devuelve a casa.
A pesar de que mis queridos amiguis ya se han puesto romanticones en sus últimos blogs, yo, la vaga de la escritura, soy la responsable del último. Así que algo tendré que hacer y que mejor que entrevistas personales. Aquí están reflejadas las respuestas de cada a uno cuando les pregunto por los sentimientos a día 90 de esta maravillosa experiencia.
Paula:
-¿Pero esto va a quedar registrado? Ha sido una experiencia increíble y hoy tiene que ser el colofón final antes de volver a nuestras rutinarias vidas, que no tienen nada de rutinarias porque no tenemos ni trabajo ni nada. Habrá que buscar un futuro. Aparte de eso, este viajazo ha merecido mucho la pena, hemos conocido a un montón de gente estupenda y visitado lugares que nunca olvidaremos. Ay, 😢.
Javi:
-Mmm, no se, estoy pensando. Va a quedar muy cursi. Me siento agradecido de haberos conocido y haber hecho este viaje. Me quedo con ganas de hacer más.
Jorge:
-No se. Voy a pensar... Titirititi... Pienso que aunque hayamos recorrido muchos kilómetros juntos aún nos quedan muchos más por explorar (Bueno, los kilómetros no se exploran...). Pero sí, ha sido una aventura maravillosa, no solo por lo que hemos visto, si no lo vivido y conocido.
Alba:
-Pero por qué tengo que expresar mis sentimientos, ¡si no me sale! (Lo siento Alba, todos vamos a pasar por esto). Estoy nerviosa, no quiero que acabe. No puedo parar de pensar en qué pasará después.
Ángela:
-Oh vaya, lo malo es que también me toca a mi. Es difícil explicarse. Somos muy afortunados de haber vivido una experiencia así, nos va a acompañar toda la vida. Hemos aprendido y disfrutado mucho. Esto se acaba pero vendrán otras cosas que nos enseñarán más aún lo increíble que es el mundo.
Es curioso, la otra pregunta que les hago a todos y a mi misma, claro, es con qué nos quedamos de todo, sólo una cosa. Todos contestamos lo mismo, con matices y pequeñas diferencias, pero en resumen lo mismo.
Nos quedamos con esta amistad. Que, aunque ya era única en Londres, estos meses de convivencia, diversión, cansancio, decisiones, situaciones difíciles... sólo la han hecho más fuerte.
Desde el momento en que nos bajamos del taxi en medio de la locura del bazar de Nueva Delhi hasta los días de relax sin mover la maleta en Bali no hemos parado de aprender (más de lo que habíamos pensado) y disfrutar juntos.
Antes de empezar mucha gente nos advirtió que sería duro viajar tanto tiempo en grupo. Después viajando conocimos gente que empezó en grupo y terminó sola. Muchos viajeros solitarios se sorprendían al vernos y nos preguntában como lo llevábamos.
Tras tres meses de darnos las buenas noches, los buenos días y acompañarnos hasta al baño, podemos decir que estamos más que felices de habernos encontrado unos a otros y haber tenido esta oportunidad para compartir juntos.
Además, hablando de amigos, lo más bonito de viajar es todas aquellas personas que conoces por el camino. Unas se quedan más que otras pero todas cuentan. Cada aventura y experiencia sirve para aprender, avanzar y disfrutar más.
Hemos conocido grandes amigos que nos llevamos para siempre.
Gracias a todos los que nos habéis seguido, ha sido un placer compartir un poco de nuestra vivencia. Ojalá leernos os haya dado ganas de viajar y ver este mundo que tanto tiene desconocido.
Gracias sobre todo a todos los papás, mamás y herman@s que tuvieron algo de miedo cuando nos íbamos, que pensaron que estábamos locos cuando se enteraron y que luego nos apoyaron en todo. Sabemos que aunque nosotros no queremos que esto se acabe, ellos nos esperan entusiasmados, con los brazos abiertos y esperando para oír tantas cosas que les contaremos.
Pueden estar orgullosos, hemos disfrutado, nos hemos cuidado mutuamente y hemos explorado un mundo diferente. Nosotros estamos más que contentos de saber que podremos contar con ellos siempre (yo preparo el terreno que el mundo es muy grande 😂).
A punto de dejar caer una lagrimilla me despido algo triste pero muy feliz.
Ahora nuestros caminos se separan pero los cinco pertenecemos a una inolvidable etapa de la vida de cada uno.
Nos vamos a echar mucho de menos.
Án ☀️