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jueves, 16 de febrero de 2017

Dia 14: Mumbai


Hoy, después de mucho tiempo, nos hemos despertado sin horas. Ha sido una típica noche de verano en la playa: con su calor y su humedad pegajosa en el cuerpo. Nos hemos levantado con todo el cuerpo empapado en sudor, la ropa pegada, el saco desperdigado pero todo dentro de la mosquitera, que los mosquitos tenían intención de atravesar.
Como en cada hostel nos encontramos una mascota al entrar, era un pobre pájaro encerrado en el aire acondicionado.

 

Después de levantarnos hemos querido empezar con las duchas, pero al tener un solo baño para más de 20 personas, había q hacer turnos en la propia puerta de la habitación y soltar un : ¡mamita! , para avisar que estábamos acabando y que rápidamente fuese el siguiente. La técnica ha acabado con golpecitos en la pared. 

Ayer a la llegada al hostal (6:00 am) nos invitaron amablemente a salir de él hasta las 10, aunque insistiendo conseguimos quedarnos hasta las 9 para poder ir a desayunar. Hoy, quedando 20 minutos para salir de la habitación, el gerente se ha limpiado de una manera poco agradable la garganta, aunque eso sí, antes de acabar nos ha recordado que debíamos dejar la habitación antes de las 12. Más tarde, él ha proseguido con su limpieza. 

Con tanta amabilidad proporcionada por el hostel hemos decidido hacernos un hueco en la majestuosa sala común, y así poder organizar nuestras próximas paradas: Goa y Chennai.

Salimos en búsca de algún lugar local para poder comer algo, difícilmente podríamos encontrar un restaurante 3B ( Bueno, Bonito y Barato) en la zona, así que hemos comido en la estación de tren, que todo es más barato dentro que fuera de ella, unas hamburguesas aunque como dice Alba, "aquí todo sabe y pica por igual", y un helado para rebajar ese picor.

 

Nuestra amiga Dyvia nos regalo ayer unos dulces típicos de aquí, y Jorge se ha comido más de la mitad de la caja, ya por fin ha empezado a comer. 

De vuelta al hostel nos hemos hecho los remolones un poco más porque el calor de la calle era insufrible, y sobre las 16 de la tarde nos pusimos en marcha dirección Hanging Gardens, un parque que poco tiene colgando. 

Para llegar a ellos decidimos coger un tuc tuc, preguntamos por el lugar y nos llevan a unos " jardines" que no tenían nada que ver con los que teníamos en mente. Al estar cerca de la estación de Anderi, decidimos coger el tren ya que no era una hora muy busy, pero nos equivocábamos. Ya en el andén preguntamos por nuestro vagón, que gracias al tour de ayer ya sabíamos cuál teníamos que coger, y cuando llega el tren los hindúes muy amables nos ayudan a entrar con un : "Cheli cheli!" Que es "vamos vamos". 

Por fin en nuestro destino, llegamos al deseado parque para sentarnos a descansar hasta la hora de salida del tren. Angela ha estado enseñando cómo tocar el ukelele a Jorge, Paula dedicada a sus pinturas y Alba me ha dado mi primera clase de malabares, poco a poco voy cogiendo el truco.

Ahora mismo en el tren, tengo la sensación de que no es tan malo como pensábamos antes de coger el anterior, venimos con experiencia y nos parece todo como más habitual. Debe ser que son menos horas, unas 22 menos😅 y que ya conocemos cómo va la vida nocturna en los trenes.

Mañana nos espera lo que tanto hemos soñado estos últimos días : La PLAYA🏝

Así que cama preparada, saco listo y música para dormir plácidamente hasta que nos toque la hora de bajar del tren y llegar al nuevo hostel.


Buenas noches


Javi👳🏽

1 comentario:

  1. A ver si el próximo hostel está mejor. Tanta «limpieza» del gerente es un poco desagradable.😰😷
    Muy bien lo de despertarse sin hora, y entretenidos en el parque con vuestras aficiones. 🎨🎸⚫🔘🔴

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