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domingo, 26 de febrero de 2017

Día 23. Yangon, The Golden Land.

What's up!

Madre mía, cuántas horas de vuelo hemos echado ya? Cuántas nos quedan? En qué día vivimos? Es difícil saberlo, los momentos que vivimos no necesitan horas, ni dias de la semana, así que seguimos el flow de la Vida jajaj!

Después de nuestra escala en Kuala Lumpur y ver la mayor plantación de palmeras en nuestra vida, el avión se pone rumbo a Yangon, las chicas matan su espíritu vegano por unos wraps de pollo (free of charge) y Javi y yo nos arrepentimos de que nuestro pollo no sepa a más que verdura!

Creo que esto ya lo ha contado Alba en su última entrada, pero el wifi de este hostal no funciona muy bien y ella está dándose una duchita así que bueno, unas líneas de remember tampoco vienen mal.

Hemos dormido bastante bien, el aire acondicionado es top y no hace tantísimo calor como en las últimas ciudades que visitamos en India.

El despertador suena en modo Javi y nos movemos a descubrir esta ciudad que a primera vista parece completamente diferente a India.

La ruta va a ser larga y nos espera un día  de strolling around que nos va a reventar los juanetes, ampollas y nos va a dejar sticky. Pero tenemos tantas ganas de conocer Yangon que todo merecerá la pena.

Empezamos a andar y nos topamos con China town. In shock en positivo que nos hace descubrir frutas de otro planeta, uvas más grandes que cualquier cabeza humana y gente local más agradable que una amapola, niños con sonrisas de oreja a oreja que te hacen queremos adoptarlos para siempre... La atmósfera es increíble, seguimos andando y nos vamos acercando a la primera pagoda budista, la Sule Pagoda, parece increíble pero nos decidimos no pagar por esta puesto que más tarde visitaremos la más grande el país.

En mitad del camino tenemos que hacer una parada obligatoria para mirar cómo reservar billetes de bus hacia Inle lake. No cash no tickets no dice la señora Birmana, así que los reservaremos online en el hostal, siempre que el wifi quiera volar sus ondas un pelín.

Según avanza la mañana el calor se hace notar, vemos termómetros que marcan 38 grados, pero no hay tanta humedad como en India, así que no se hace tan insoportable. Tenemos que visitar unos edificios rojos qué aparentemente son la crème de la crème en Yangon, el Bogyoke Market y el Secretariat Building, pero ambos están en obras y no se aprecia nada bonito, hold on, en frente hay tiendillas con sandalias, así que hacemos la parada obligatoria de shopping, Alba y Paula las necesitan si o si!



Después de ver la estación de tren, muy Myanmarense, llegamos a una parque muy chulo, con un lago en medio y un templo budista flotante, los puentes de madera se tambalean y Paula casi se da un chapuzon! Al fondo vemos lo que se asemeja a un barco vikingo gigante con motivos Budistas y que recuerda un poco a Palacios Chinos, pero nada más alla de lo que pensamos, ese templo flotante es Hindú y dedicado a Vishnu, uno de los miles de dioses Hindús, el templo llamado Karaweik. Todo está tan bien cuidado, el césped verde, fuentes con agua corriendo, todito bañado en oro, todo parece de mentiras!



Decidimos coger un taxi cuando nos comentan en una liquor shop ( queríamos agua, promise!), qué la próxima parada está un poco lejos, la tendera sale a la calle y nos alquila un taxi con precio fijado de antemano. El conductor lleva algo metido en la boca y no habla mucho, Javi que va de copiloto comenta que es algo que ya hemos visto en la India, una especie de hoja muy verde que pintan de blanco, meten unas semillas de algo desconocido y lo mascan, los escupitajos que sueltan después son increíblemente largos y asquerosos, pero oye, cada uno fuma como quiere jaja.

Nos bajamos y vislumbramos lo que parece una cabeza gigante de un Budha tumbado, aparece un templo, Chuk Htet Gyi, pero en realidad es una nave con planchas metálicas de techo, todo muy bonito decorado para que parezca un templo, cuando entramos nos encontramos a un Budha gigante de 73 metros, tumbado! Es increíble, la túnica que lleva parece de verdad, todo decorado con piedras preciosas ( o simples cristalitos). Ángela y Alba se preguntan por qué estará metido en esa especie de nave-templo, y Javi que también quiere pasar por local, pregunta que que pasa, y es quelas temperaturas en Myanmar en pleno verano deben ser tan altas que la mayoría de monumentos están cubiertos para que la gente pueda visitarlos descalzos, puesto que al ser Budista, la religión no permite ni zapatos ni calcetines en los templos y pagodas.



Continuamos con nuestra paseo, vemos una pagoda que no tenemos apuntada en nuestro planning, la Ngar That Gyi Pagoda, pero pensamos que merece la pena y nos encontramos con la misma nave de antes pero esta vez con un gigantesco Budha sentado, con un fondo tallado en madera increíble. Las chicas, después de tantas horas andando y la presión del avión rondando aún en sus tobillos se tumban en un banquito a poner los pies en alto. Javi y yo vamos a visitar la pagoda cercana, esta sin cubrir, y lo que contaba la señora simpática de el templo del Buda tumbado se hace realidad, los pies se nos queman mientras andamos sobre mármol y azulejos expuestos al sol!

Parada a comer, decidimos sentarnos en una especie de chiringuito sin playa, muy local, tan local que nadie habla inglés, nos movemos al siguiente, igual de local pero esta vez nos entienden un poco mejor. La religión no es la misma que India así que poco veganismo, Ángela y Alba espulgan su arroz frito y noodles para apartar lo que creemos que es pork.

El sitio está chulísimo y al lado hay unos chavales con el pelo teñido de naranja pollo jugando a una especie de voleibol, jugando solo con pies y cabeza? Así que después de la típica sobremesa, decidimos unirnos. La pelota está bastante dura, pero nos hacemos profesionales en un momento. Tanto que Javi se cree muy pro y lanza la bola encima del tejado del chiringuito!! No problema, hay otra de repuesto!



Para después de comer tenemos planeado la mejor de las atracciones turísticas de Yangon, pero no nos conformamos con solo lo turístico, pasamos por un suburbio de la capital en el que encontramos gente sonriente, niños bailarines, pollitos, gallos, alguna ratilla y mucha gente durmiendo la siesta en sus chamizos.

Encontramos la entrada norte de la Shwe Dagon Pagoda, flanqueada por dos gigantescos leones-dragones, esta es la entrada cómoda a la pagoda, tiene al lado un ascensor que sube unos 50 metros. Pero pasamos de comodidades, damos un paseo por the people's park, baños!!!! Mala suerte la de Paula, sus gafas de sol aterrizan en la letrina ( por supuesto hay vídeo comming!)

Hay que comprar los tickets que redondeando nos salen a unos 6 euros por persona. Las chicas del counter nos dicen que los chicos necesitamos pantalones largos ( gracias que veníamos preparados con nuestros hippies trousers), Angela tendrá que llevar una mochila ya que va enseñando la espalda ( wide neck top) y a la pequeña Alba, que venía preparada con unas mallas largas la dicen que va muy ajustadita ( tenemos que es un scam) y la venden una falda largo ( aka trapo largo), su cabreo se hace notar y consigue que en vez de comprarlo puedan prestarselo dejando un depósito de unos 3 euros.

Alcanzamos al top de la pagoda, se trata de una superficie inmensa llena de templos dedicados a Budha, y en el centro la pagoda dorada, recubierta por hojas de oro real, y en lo alto de los 100 metros una cúpula con mogollón de diamantes. Es increíble, hay Budha gigantes en todas las posturas posibles, decoraciones doradas y de miles de colores, y en un par de templos hay pantallas que muestran on live al Budha que se halla en el interior de la pagoda.



Centenas de personas rezando, otras bañando a Budhas y a los animales que se aposentan alrededor de la pagoda. El ambiente es alucinante, el sol se empieza a poner y el color no se puede describir.

Después de hacer algo el tonto y ver a mujeres barriendo en fila la superficie ardiendo de la pagoda, un monje budista llama nuestra atención y nos invita a sentarnos junto a él. Tenemos una conversación muy interesante sobre su vida y nos hace entender que nos respeta a pesar de no profesar su mismas creencias, nos cuenta que mientras sigamos los cinco principios humanos seremos respetados. El por ser Budista debe respetar 227 normas imprescindibles y nos comenta la influencia budista en este país a pesar de que Budha hubiera nacido en Nepal y hubiera pasado la mayor parte de su vida en Nepal.



Se hace de noche, y nos acercamos al parque a ver la pagoda iluminada y para nuestra alegría y sudada hay una fuente musical, echamos unos bailes y volvemos al hostal para descansar un ratín.

El bailoteo y la tontería se apodera de nosotros y decidimos salir a cenar, todo parece cerrado y a pesar de que encontramos un restaurante abierto, Paula no sé encuentra muy bien y volvemos al hostal a prepararla un té verde. La dejamos descansando y ya no hay restaurantes ni puestos abiertos, así que acabamos cenando de supermercados .

Todos a la camita a descansar, yo intento leer un poco más de él libro autobiográfico de Gandhi, pero me rindo enseguida.

Con las piernas fallandonos y la mente inmersa en esta nueva cultura y este país encantador nos vamos a dormir.

Buenas noches,

Jorge 🐐







3 comentarios:

  1. ¡¡Qué bonito todo!
    Aprovecháis bien el día eh? Os da tiempo a ver un montón d cosas. Seguid así, vosotros podéis. 😘😘
    La fotos preciosas!😍😍

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  2. Jajaja si que las recupero, aunque la ha salido un sexto dedo !!

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