Translate our blog.

martes, 28 de febrero de 2017

Día 26: En barquito por Inle Lake.

Amanecemos en nuestros cubículos verdes y vamos a desayunar. Tenemos que salir pronto a negociar el precio de un barco y un barquero, así que en cuanto las chicas estamos listas, salimos a por ello y quedamos en encontrarnos en la calle principal con Javi y Jorge.
Ayer habíamos contratado esta excursión a través de hotel por 20.000Ks, y mientras estábamos cenando, un local nos ofreció exactamente lo mismo por 10.000Ks. Como estamos en modo ahorrador fuimos a hablar con el hotel a ver si nos podían hacer un descuento y nos devolvieron todo el dinero, sin ningún problema en absoluto. Preguntamos al primer hombre que nos ofrece barco por la calle y nos pide 23.000Ks, esto no va a ser tan fácil como habíamos pensado. No encontramos tantos locales con barco como habíamos imaginado, así que empezamos a entrar a "agencias de viaje", pero tampoco conseguimos el precio esperado. Por fin, negociamos con un señor que nos pide 3.000 por persona, y le seguimos hacia el embarcadero. ¡Teníamos que haber venido en esta dirección desde el principio! Aquí los 'you want a boat? I have a boat' se repiten cada varios pasos, pero ya tenemos barquero.
Vemos cómo preparan el barco poniendo una silla, un cojín y un chaleco salvavidas para cada uno y ¡alehop! Desde el río, observo a los locales hacer su vida, hasta las cosas más cotidianas me parecen curiosas: los niños juegan a la orilla, las mujeres lavan la ropa en el río, los hombres cargan sus barcas con mercancía, otros construyen casas sin ningún tipo de protección... Me gusta ver la vida real de la gente, sin turistas alrededor. No sé si me explico.
Según llegamos al lago, nos sorprende encontrar a los pescadores que levantan los pies como hemos visto en las postales. Les estamos haciendo fotos muy contentos, cuando se acercan a pedirnos dinero con un pescado en las manos... Nos choca bastante, pero al fin y al cabo ellos tienen que intentar sacar dinero de donde puedan. Seguimos viendo pescador tras pescador, usando las dos manos para coger las redes, por lo que tienen que remar con el pie. Otros recogen algas del lago, que lo usan como fertilizante. Hay muchísima vida alrededor de estos 200km cuadrados de agua.

La primera parada es en los floating gardens. Nuestro barquero nos cuenta que aquí plantan un tipo de alga, que en una semana crea una especie de suelo en la superficie del lago, donde se cultivan, por ejemplo, tomates, chilly, o pepinos. Cuando pisamos ese suelo, es una sensación muy extraña, como pisar una colchoneta de agua. Damos una vueltecita y unos saltos en esa superficie y volvemos al barco. 

Había leído que los barqueros te llevaban a tiendas donde se llevan comisiones, así que no nos sorprende cuando nos para en una tienda de regalitos. Allí hay una especie de taller, donde están haciendo figuritas de plata, y nos enseñan el proceso: primero rompen la piedra de plata, lo meten en un líquido que convierte los trocitos de piedra en cristales, después lo funden, le dan forma de lingote, lo aplastan y ya lo moldean para hacer la forma deseada. El resultado es plata pura al 98%. 

En otra nos enseñan cómo se hacen los cigarros. Es todo un proceso artesanal, y vemos a unas mujeres confeccionando uno tras otro. Sólo usan ingredientes naturales: arroz, tabaco, hojas de maíz... Y los hacen de varios sabores. Probamos el de plátano, anís y menta; ¡y están riquísimos! Con tabaco así hasta dan ganas de empezar a fumar.
Varias tiendas después, hemos aprendido  cómo confeccionan pañuelos y otras prendas a mano, (nos enseñan cómo sacan el hilo de la planta de loto, que cuesta como 15 veces lo que cuesta la seda), hemos visto a las famosas mujeres de cuello largo (aunque no nos gusta la forma en la que las tienen expuestas, casi como en un zoo), y nos comunicamos en perfecto birmano con los locales (bueno, sabemos decir Hola /mingalaba/, Adiós /tata/, y gracias /yisuva/). Nos está gustando mucho la visita, por que no son sólo tiendas, también aprendemos cosas nuevas.

También visitamos una pagoda (no demasiado bonita, pero con un mercadillo alrededor), y el monasterio de los gatos saltadores (en el que los gatos no saltaban de un lado a otro como esperábamos, pero saltan a la mínima a arañarte si hay 5 personas acariciándole a la vez). Y de vuelta a nuestro pueblecito, mis amiguis se duermen en el barco.
Tenemos el resto de la tarde libre, así que hacemos unos recados por el pueblo y descansamos hasta la hora de cenar, que vamos al mismo mercado de ayer, que nos gustó bastante.
Mañana más, y mejor.

Paula 🌵

5 comentarios:

  1. Qué interesante ha sido este día! Habéis aprendido/visto un montón de cosas diferentes, hecho unas fotos preciosas.

    ResponderEliminar
  2. Probando
    Te llega? Bonita!!!!

    ResponderEliminar
  3. ¡Qué bonito ver a los paisanos en su vida diaria!
    La postura de los pescadores en la barca es increíble.
    ¡Menudo equilibrio tienen!
    Muy interesante.
    😘😘😘😘😘

    ResponderEliminar
  4. Me está gustando mucho vuestro viaje. Todas las cosas que estáis viendo y la cantidad de gente que estáis conociendo.

    ResponderEliminar

¡Muchas gracias por leernos! Ahora, ¿tienes algo que decirnos?