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martes, 14 de marzo de 2017

Día 40. Conociendo Hanoi, Vietnam.

Empiezan a sonar alarmas en la habitación, es hora de despertarse pero ya estamos casi todos con los ojos abiertos. Después de la tranquilidad de Tailandia no recordábamos tanto ajetreo y tráfico por las calles. Y menos en la puerta de nuestro hostel. No es una calle muy grande pero parece bastante transitada y llena hasta arriba de gente, motos y locales de lo más variados. Pensándolo bien, tendemos bastante a alojarnos en callejuelas o zonas algo retiradas, y hoy hemos descubierto las ventajas de ello. ¡Volvemos a los locos pitidos de coches y motos y a la locura que supone andar por las calles de estos sitios!

Desde que aterrizamos en Hanoi notamos la humedad que se vuelve desagradable en una habitación y baño llenos de humedades y goteras. Un olor profundo y un tacto pegajoso al que cuesta acostumbrarse.
Y además, ¡hoy llueve! Después de 39 días de sol no podemos quejarnos (y menos viniendo de Londres). Bueno, ni siquiera llueve, caen cuatro gotas. Esta cubierto y grisáceo, pero el calor es igual de atosigante.

Bajamos a desayunar. Adoro los desayunos incluidos, me hacen levantarme con más ganas. A veces tienes que completar con algo extra o comerte parte del de los chicos, pero se agradece igualmente.

Nos recibe una chiquita de recepción muy graciosa que habla rápido y cuesta seguirla pero lo vamos pillando.
Ya desde que nos ve no deja pasar la oportunidad de ofrecernos tours, autobuses, viajes, guías... Pero nosotros que ya estamos curtidos en esto lo esquivamos fácilmente.
Unas tostadas, huevos, tortilla, phò (famosa sopa de Vietnam y manjar de Jorge), café o té... Elegimos, comemos y organizamos el día.
Mientras hablamos con la chica con la que empezamos a aprender nuestras palabras básicas de aquí.

Para saludar: "Xin chào"
Para despedirte: "Tạm biệt"
Gracias: "Cà Mon"

De momento eso es todo, y ya es, que cuesta esfuerzo recordarlo cada vez que entramos algún sitio.

Después de escuchar varias maravillosas ofertas más y seguir con muchos más "No thank you, no thank you" nos vamos a ver la ciudad.

Ya nos llamó la atención anoche ver varias hogueritas por la calle y gente quemando dinero en ellas, y hoy, nada más salir, más de lo mismo. Todos observamos atentos y sí, parece verdadero. Pero, ¿por quéeee?
Entre tonterías y chistes sobre posibles ritos Javi se decide a preguntar. Y aunque la comunicación no es muy fluida entendemos que no es verdadero. Ahora son ellos los que se ríen de nosotros. 😂


Vamos callejeando hasta el Lago Hô Hoàn, en el centro de la ciudad. Por el camino me conquistan cada vez más los abuelitos y abuelitas de caras redondas y arrugadas con esos gorritos triangulares de paja.

En este lago se dice que hay tortugas milenarias, pero que cuesta verlas. Lo que si vemos son muchos peces, unos cuantos en la orilla "atontados".
Son muy bonitos los árboles de alrededor y el puente rojo que lleva a un templo que está en una islita.


Rodeamos el lago, entramos a una placita con banderas japonesas y vietnamitas. Está llena de almendros en flor y entre ellos y una bonita decoración hay una estatua de Ly Thai To, emperador y fundador de la dinastía Ly.

Seguimos de paseo hasta la catedral de Saint Joseph. Es muy grande y por un momento parece que estamos en otro lugar.


Por el camino entramos en alguna tienda para preguntar por autobuses hacia Sa Pa, en otras a por agua...

Nos paramos en unas vías de tren que encontramos en medio de una callecita. La imagen es muy bonita. Jorge nos explica luego que son las únicas que hay en Hanoi y que aún están en uso (Y nosotros haciéndonos fotos tranquilamente 😂).


Después Alba y yo nos atrasamos porque un chihuahua ha abierto la puerta de la tienda para salir a saludarnos. 🐕 Alba le enseña los suyos a la señora. Le damos unos cariñitos y seguimos.

Paula nos está esperando, y cuando alcanzamos a los chicos cruzamos una calle muy grande y con mucho tráfico y vemos a un perrete que decide ponerse en medio de la carretera a hacer caca y restregarse por el asfalto. ¡Qué majos son los perros de todo el mundo! Si eso pasa en Madrid se lía una gorda y probablemente el perro no viva para contarlo. En todos estos países son más que hábiles al volante, menudas hazañas...

Ya llegamos al Templo de la Literatura. Pagamos 30000 Dongs por persona, algo así como 1,25€. Es muy místico, con estanques y bonsáis pequeños y grandes.
Entramos a ver el templo y leemos un poco sobre otra nueva religión que sólo nos suena de oídas y aún no controlamos, el Confucionismo. Cuántas preguntas me vienen a la cabeza, esto de las religiones es muy complejo.


Nuestra siguiente parada es la pagoda Chùa Môt Côt, que está sujeta por un solo pilar en un pequeño estanque. Al lado se encuentra el Mausoleo de Hô Chí Minh; poeta, político, militar y revolucionario comunista vietnamita.



Esto nos trae un gran debate sobre comunismo, capitalismo, dictadura... Que lo único que hace es sofocarnos y quebrarnos la cabeza, así que decidimos ir a comer.

No encontramos sitios locales y poco higiénicos de esos que nos gustan a nosotros por lo que decidimos entrar a algo así como un Mc Donalds vietnamita. Al menos hace fresquito y los helados son súper baratos.

Nos ponemos en marcha y nada más salir damos dos pasos y nos encontramos a una señora. ¡La señora más feliz del mundo!
Nos mira, nos sonríe, intenta hablarnos, ve que no entendemos e intenta hablarnos en francés. Uno por uno nos da la mano, nos sonríe, nos abraza, se ríe... No entendemos nada pero nos dejamos llevar. Sigue dándonos abrazos.
Entonces se me ocurre hacernos una foto con ella y cuando ve el móvil se vuelve loca, empieza a aplaudir y a decir cosas emocionada. Aquí dejo la secuencia de fotos, no tiene desperdicio.





¡Qué subidón de alegría nos ha dado esta viejecita!

Seguimos andando hasta el gran lago Hô Tây. Es inmenso y entramos a un jardincito donde se encuentra la pagoda Trân Quôc. En frente hay un estanque con peces y alguna tortuguita enana que tiene una especie de trompetilla en la boca, qué curiosas.


Ya de vuelta a la zona del hostel vamos entrando en tiendas de tickets para autobús. Después de comparar precios y horarios, conseguimos buenos resultados.

Damos una vueltecita por el mercado nocturno que están empezando a montar, pero estamos cansadetes y vamos en busca de algo de cena y alguna cervecita para el que quiera.

Este barrio al que hemos llegado debe ser el barrio de los bebés, o así lo decidimos nosotros porque hay uno en cada esquina. Al final las chicas comemos algo por esta zona y los chicos se beben una cerveza. Todos contentos.

Una vez en el hostel nos relajamos un poquito. Jorge se pone pesado y me convence para jugar al parchís vietnamita. Es igual pero con caballos y menos casas donde estar a salvo.
Los demás se van a dormir y en cuanto le gano nosotros también a la cama, que mañana nos vamos a Sa Pa. 😉

Pd.: Este es mi último blog con 24 años. Os aviso por si en el próximo os llama la atención un tono más reflexivo y maduro en mi escritura, pero probablemente no. 😂

¡¡Besos a todos!!

Án ☀️



2 comentarios:

  1. Me encanta esta entrada! Es genial!!! La verdad es que a pesar de las inmensas diferencias culturales hay algo que une a los seres humanos por encima de todo: la ternura que otros seres humanos pueden provocar en nosotros con una sonrisa y un abrazo! Seguid disfrutando!!!

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  2. Preciosas fotos, qué paisajes más bonitos,y las de la viejecita geniales! Provocan una sonrisa.

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