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domingo, 30 de abril de 2017

Día 82: de paseo por Gili Meno

Hoy por fin nos levantamos sin hora, pero tampoco muy tarde porque nuestro desayuno gratis de pancakes y café ☕ se termina a las 9 y media, ¡y no podemos fallar!
Nos lleva mucho rato estar todos listos, nos lo tomamos con mucha calma. Cuando estamos todos listos nos vamos en busca de un atm para sacar dinero, pero cuando llegamos no hay efectivo💰, así que tenemos que esperar a que rellenen la máquina de billetes💸. Esperamos durante más de media hora, y mientras tanto nos ponemos a charlar con unas chicas que están en nuestro mismo hostal, y al final lo conseguimos, la máquina está lista y podemos sacar dinerito. Después de una larga espera, y ya siendo casi medio día, nos vamos a buscar un buen lugar donde ponerse en la playa que no esté lleno de corales, que duelen mucho y no son nada cómodos, y por suerte muy cerca de donde estamos, encontramos una pequeña playa que parece que está bien. A pesar de eso, Jack y yo queremos hacer slackline así que decidimos seguir caminando por el camino principal del pueblo para encontrar dos árboles perfectos donde poner la cuerda, y nos encontraremos todos dentro de un rato después de que los demás​ se den un baño🏊. Justo antes de irnos aparece una señora muy simpática con una cesta llena de fruta, y después de un poco de regateo y secretismo con la mujer, Án le compra una piña 🍍 a buen precio.
Nosotros nos vamos a ver qué nos encontramos por el camino. Después de media hora caminando, con un calor imposible de soportar y sin encontrar nada, decidimos que lo mejor es parar en el chiringuito que tenemos al lado y comer o beber algo, la mejor opción es un curry para él y un batido de frutas para mi,¡no apetece ni comer con este calor! , es mejor algo refrescante.
Al terminar, volvemos por el camino por que habíamos venido, desistimos de buscar los árboles perfectos, y vamos en busca de los demás. Muy poquito después los encontramos viniendo hacia nosotros, y tienen hambre, así que volvemos al chiringuito y nos sentamos todos a comer. Una vez todos cómodos y con el estómago bien lleno, seguimos caminando hacia delante por el camino por que no habíamos seguido antes, queremos ver el lago que aparece en el mapa, y ¡vaya decepción! Un lago muy sucio y muy feo, al que a penas nos queremos acercar de lo mal que se ve.
Continuamos un poco más hasta que se nos va haciendo tarde, así que cogemos un atajo por calles en medio de la isla para llegar al otro lado y estar más cerca de nuestro hostel. Una vez allí, encontramos una playa rápido, muy cerca y con la arena bastante limpia, y plantamos las toallas. Una vez todos asentados, Javi, Jorge y Paula se duermen un rato la siesta; Jack se pone a hacer manualidades con un palo y una navaja; y Án y yo nos vamos por la orilla en busca de conchas y corales bonitos.


Al rato de estar allí, empezamos a ver cómo hay tormenta al fondo de la isla más cercana a nosotros, y cómo bastante rápido se va acercando, tan rápido que dejamos de ver la isla 🏝, así que recogemos nuestras cosas y nos vamos al hostal a refugiarnos. Tan pronto como llegamos, empieza a diluviar🌧, y lo único que podemos​ hacer el empezar a ducharnos🚿 y a arreglarnos. Solo esperamos que cuando acabe de llover, nos podamos ir a cenar. Todos ya listos, nos vamos a cenar al mismo sitio de ayer, era barato, los camareros eran majísimos, y además sabemos que vamos a tener nuestro concierto personal por segunda vez. Y así es, en cuanto llegamos nos reciben con mucha alegría, y cuánto pedimos la comida, ek chico coge la guitarra🎸y se pone a tocar. Nunca antes habíamos escuchado a nadie cantar así, de verdad nos emocionamos.
Al terminar, nos despedimos de nuestros amigos y nos volvemos al hostal. Al llegar tienen una pequeña fiesta montada, y nos invitan a quedarnos, son todos muy majos, pero estamos demasiado cansados, así que nos vamos a dormir.


Buenas noches,
Albi 🦄

viernes, 28 de abril de 2017

Día 81: Descubriendo Gili Meno.

¡Buenos días!
Nos despertamos bien prontito que hay que desayunar, hacer las maletas, y a las 8:30 tenemos que estar todos listos para ir al puerto a coger un ferry.
El problema es que en esta isla no hay un puerto como tal, ya que subes y bajas de los barcos desde la playa, y no tenemos muy claro desde qué punto de la playa saldrá el nuestro. Pero después de preguntar un par de veces llegamos a un pequeño local donde se compran los tickets.
35.000 rupias menos por persona después, estamos listos para irnos a la isla de enfrente (esa a la que ayer llegaron Jorge y Javi nadando desde la playa), cuando nos dicen que nuestro barco aún no ha llegado que tenemos que esperar unos 40 minutos. ¡Y nosotros madrugando y dándonos prisa!
Ángela aprovecha este rato para hacer cuentas, que ya algunos escasean de dinero por lo que los demás les debemos. De repente, todos los turistas de alrededor se revolucionan: parece que ha llegado nuestro barco.
Como he dicho antes, no hay puertos en esta isla, así que vamos todos a la playa. Un señor llama a los que van a Gili Air (la isla que no es tan turística como Gili Trawangan, ni tan de relax como Gili Meno) y el barco se llena. Los demás, esperamos un largo rato, hasta que la gente se empieza a movilizar y a subir en otro barco, así que allí vamos nosotros: metemos los pies un poco en el mar, damos unos pasitos por el agua y ¡alehop! al barco, aunque es un pocomas difícil con el peso de la maleta a la espalda.
De repente, Alba nos llama desde abajo, diciendo que a Jack y a ella no les dejan subir, y que se tienen que ir al barco de los de las Gili Air ¡Pero si en este hay un montón de sitio! Bueno, nos veremos al otro lado.
El camino se hace corto. Muy corto. No podemos creer que hayamos llegado a nuestro destino sobre las 10 de la mañana del mismo día, es extraño no haber perdido días por el camino así que decidimos aprovecharlo.
Primero vamos a nuestro hostel, se llama EcoHostel, y pronto descubrimos que no es solo un bonito nombre. Está todo construido con bambú, lo llevan voluntarios y se toman bastante en serio los temas ecológicos, tanto, que los baños son secos. ¿Alguna vez habéis usado un baño seco? Es una especie de trono, con un agujero debajo, bastante hondo. Después de usarlo, echas un par (mínimo) de cucharones de arena y cierras la tapa. Eso, después, se usa para hacer abono para las plantas. Curioso, ¿eh? Hay que decir, que aunque no huele bien del todo, huele mejor que otros baños en los que hemos estado en estos 80 días.






Esperamos a que nos den nuestra habitación en un área común con muchas hamacas, guitarras y puffs; y decidimos ir a la playa a pasar la mañana. Preguntamos en el hotel que dónde están las playas de las postales, y nos dicen que un poco más al norte, no muy lejos. Así que nos dirigimos allí.

Vemos una playa bastante limpia, y con un trocito en la sombra en el que tumbarse, y aunque está llena de corales muertos, nos quedamos aquí. Nos damos unos baños y tomamos el sol hasta que llega la hora de comer. Alba y Jack han visto un sitio barato cerca del hotel y vamos allí. Tardan muchísimo en traer la comida, pero al final merece la pena: todo está muy rico.
Después de comer, nos vamos a dormir la siesta a la playa, hasta que los chicos se despiertan porque les caen piedrecitas en la espalda. ¿Estará lloviendo coral?
Hablamos de mil temas diferentes y jugamos a todos los juegos de cartas que se nos ocurren y nos vamos al hotel a duchar. (Las ecoduchas son más normales, si os lo estáis preguntando: las paredes están echas de bambú y el agua sale directamente de un tubo, sin alcachofa ni nada.) Al salir de la ducha diluvia, mucho. Así que nos quedamos en la zona común esperando a que escampe y nos vamos a buscar un sitio en el que cenar. Tras un paseíto encontramos uno llamado Familly Restaurant, dónde hay wifi, platos deliciosos y concierto en directo del hombre con mejor voz que hemos escuchado en la vida. ¡Y sólo para nosotros!
Después de cenar nos vamos a casita, y a dormir. ¡A ver cómo va esto de dormir en las mosquiteras, sin pared ni nada!

¡Buenas noches!

Paula 🌵

jueves, 27 de abril de 2017

Día 80. De resaca en las Gili.

Nada más abrir los ojos y mirar a Paula nos empezamos a reír, vaya noche graciosa la de ayer. Entre bailes, piñas, tatuajes y piscinas, llegamos a la habitación y solo tuve fuerzas para tirarme en la cama.

Es pronto pero la luz no nos deja dormir así que curiosamente nos despertamos todos con la idea de desayunar e intentar echar otro sueñecito con la tripa llena.

Cada uno cuenta sus batallitas y sus anécdotas de la noche y vuelta a la cama.
No recuerdo haber pasado tanto calor tanto tiempo sin descanso. Ni en la cama con el ventilador en frente se puede respirar.
Yo no consigo dormir pero al menos descanso y al rato empezamos a prepararnos para ir a la playa.

Antes de llegar nos dividimos para comer algo, unos quieren pizzas y otros prefieren comida más local así que ya nos veremos luego.
A pesar de que no es la playa más limpia de mundo, el agua es la más azul y cristalina que hemos visto hasta ahora.
Para mí el agua está demasiado caliente, para otros es la temperatura perfecta. Nos damos unos bañitos, paseamos a por un helado, unas cocacolas...



Jorge encuentra un par de cocos y cuando consigue abrir el primero está podrido. Se motiva con el otro y una vez a punto de probar el agüita de dentro se me ocurre olerlo. ¡Huele a muerte! Lo vacía entero al lado de las toallas, dice que soy una exagerada, y nos deja un asqueroso olor a podrido que no soporta nadie...

Es momento de ukelele, nos motivamos un rato hasta que es totalmente de noche y no vemos nada.Recogemos el chiringuito y nos vamos a dar una duchita al hostel.

El calor es insoportable, ni siquiera una ducha de agua fría nos refresca.
Vamos al mercado a cenar y poco después Paula y yo nos retiramos echas polvo a dormir.
El sueño y el calor han podido con nosotras...

Ha sido un día de relax dentro se nuestro ajetreo constante así que de vez en cuando no viene mal.

¡Buenas noches!

Án ☀️

miércoles, 26 de abril de 2017

Día 79: Playa, tortugas y fiesta

Buenos días, 
Hoy toca amanecer en Trawangan, por primera vez en mucho tiempo no me toca decir que tenemos que hacer maletas y marchar a otro lugar. 
Nos vamos despertando poco a poco, el calor es insoportable y solo son las 9 de la mañana. Pedimos el desayuno, aunque no hay mucho donde elegir en el menú tenemos: huevos fritos con tostadas, scramble eggs con tostadas o huevos fritos con noodless😋 

Con la tripa llena, alquilamos unas bicis en el hostel para todo el día y nos vamos a probar suerte a las playas del norte de la isla, a ver si estas no tienen tanto coral y tanta hierba en ellas. Comenzamos la ruta y el calor se nos pega mucho. En el camino nos encontramos con Lorena, nuestra amiga que conocimos en el autobús de Hoi An a Ho Chi Ming. Ya sabíamos que andaba por ahí y estábamos en contacto para vernos. Le contamos nuestro plan y seguimos con la ruta. 

Llegamos a un tramo que tiene mucha arena y nos toca desmontarnos de la bici y empujarla. Cuanto más avanzamos menos "playa" hay y cada vez más sucia así que decidimos dar media vuelta y volver al punto de snorkel que vimos un poco más atrás. Allí estaba Lorena y nos quedamos con ella.
En uno de los puestos alquilamos unas aletas, la máscara y el tubo para sumergirnos en el agua. Primero entran Jorge, Àngela y Paula y Alba y yo nos quedamos hablando un rato con Lorena y contando nuestros viajes. 
Nos decidimos a entrar y a los 5 min empiezan a llamarnos que habían visto una tortuga nadando. 🐢 Nadamos lo más rápido que podemos y allí la vemos "WOW" "BEAUTIFUL"! Que lastima que se hayan estropeado las go pro, pero nos quedamos en ellas en la mente.
Llega la hora de comer y cogemos las bicis y volvemos al centro de la isla para comer en el mercado de la noche anterior, pero es solo nocturno así que toca buscar un restaurante local. A Lorena le habían recomendado uno así que fuimos para allá. La comida no muy abundante pero muy rica. Mientras esperamos yo me pongo a jugar con los niños de la zona. 

 
Me encantan, aunque uno de ellos tiene una escopeta y se dedica a "disparar" a los caballos pero con gestos y medio palabras le decimos que no está bien. 
Luego cogen mis gafas y se las prueban. Las tengo medio rotas así que les ayudo un poco a usarlas. 

 

Después de comer, vamos a otra play más cercana aunque Jorge y yo vamos a por el equipo de snorkel que lo habíamos dejado en el puesto. 
Esta playa tiene 100m de entrada y después un gran cambio de profundidad donde se pueden apreciar muchos pececillos. Jorge sigue nadando porque su objetivo era llegar a la isla de Gili Meno, 1km de distancia entre la nuestra y esa. Yo que no sabe dónde iba, nadó hacia el y ya en mitad de camino me lo cuenta y decido acompañarlo. Tardamos 30 min en llegar y unos 40 en volver, las corrientes estaban más fuertes a la hora de volver pero lo conseguimos 💪🏾🏊🏾🏊🏼
Ya era tarde para devolver el equipo aunque Angela y Paula lo fueron a devolver y le contaron a la señora nuestra hazallaña. 

Mientras nosotros nadábamos, Paula y Àngela deciden unirse al equipo de voluntarios de recogida de basura de las playas, que estas islas están muy sucias. Como recompensa les dan una cervecita. El chico que las convence se equivoca de nombre y de repente tenemos dos chicas nuevas en el grupo, Paula y Helena de Portugal. 

Ya todos reunidos, decidimos el plan y es ir a cenar al mercado nocturno y luego a tomar algo a Rudy's. Hoy salimos de piñas y volvemos a ser El Centro de atención. Hace mucho calor y con esa camisa aún más por eso Alba decide no usarla y Jorge y yo la llevamos abierta para que entre algo de aire. Allí coincidimos con Lorena y nos quedamos hasta tarde.  
 



Es muy tarde y debemos dormir un poco que sino mañana moriremos y el calor de la habitación a las 8 no ayuda. 

Buenas noches

Mañana más y mejor

Javi 👳🏾
 

Día 78: llegamos a las Islas Gili

Nos toca despertarnos muy pronto por la mañana, ya que tenemos​ que llegar al aeropuerto para coger nuestro vuelo de las 9. Nos vamos despertando todos poco a poco y arreglandonos, menos Paula que no puede moverse de la cama, está agotadita.

Con nuestros cafés y tes en la mano salimos a la terraza con nuestro nuevo amigo Abraham, que nos va a ayudar a llamar al taxi. No sabemos si vamos a poder ir seis en un taxi, así que Abe llama a preguntar y 15 minutos después nuestro taxi está en la puerta. Después de la despedida, nos montamos bien apretaditos y nos vamos al aeropuerto.

Una vez allí comienza nuestra rutina de aeropuerto...Mirar pantallas con millones de vuelos, dejar maletas, e irnos a buscar nuestra puerta de embarque, ¡pero hoy no! Hemos llegado más de una hora antes de tiempo, así que cargando con nuestras mochilas nos vamos a buscar wifi para entretenernos y descargar música y a desayunar, y qué suerte tenemos que después de tantas veces sabemos que hay unos bollitos muy ricos y muy baratos...¡eso y un café y más que apañados!

Por fin nuestro vuelo sale en las pantallas así que embarcamos las maletas y nos vamos hacia nuestra puerta de embarque. Allí todavía nos toca esperar un ratito pero todos están muy contentos porque el wifi función rapidísimo y están descargando miles de cosas, menos yo, que parece que estoy malilla de la tripa y me paso todo ese rato dando paseítos al baño a ver si por fin se me pasa.

Llega la hora de montar al avión, y estando tan entretenidos se nos ha pasado un poco la hora, y estando en la fila para entrar hacen la última llamada para nuestro vuelo y entramos sin esperar más la cola. El vuelo transcurre con normalidad, y en unos 45 minutos llegamos a Lombok.

Desde Lombok nos toca coger un taxi hasta el puerto,y desde el puerto un barco haya nuestra isla. Lo primero es salir del aeropuerto y enfrentarnos a la avalancha de taxistas que nos quieren llevar y timar, así que escogemos a un chico joven que tiene pinta de menos timador para que nos lleve. De repente aparecen su padre y su hermano. Su padre mete nuestras maletas en el maletero y el hermano es el que conduce y nos va a llevar durante​ dos horas hasta nuestro destino, pero...¡no parece que tenga ni 18 años! Nos nos queda otro remedio que confiar en que aprendiera a conducir con 10años. Durante el camino dormimos un rato y otro rato lo pasamos viendo el paisaje a nuestro alrededor. Es todo selva frondosa y con muchos monos por los árboles y por la carretera comiendo frutas que caen de los árboles.

Cuando llegamos a la zona del puerto nos viene la segunda avalancha de locales. Unos quieren que comamos en su restaurante y otros quieren que les compremos los tickets del barco a ellos, y si pueden venderte el barco rápido que cuesta más de el doble, pues mejor. Lo intentan todo, pero venimos bien informados, así que vamos directos a taquilla a coger el barco más barato. La única pega es que hay que esperar a que se llene el aforo del barco para que salga de puerto, pero no tenemos prisa y queremos comer antes de irnos de la zona, esperaremos a que nos llamen por megafonía o uno de esos señores tan amables.

Justo después de comer y de algun que otro helado, nos vamos a esperar a la playa a nuestro barco. Enseguida lo anuncian y ya estamos alli listos los primeros para coger un buen sitio. Somos más de 40 personas en un barco con poco asiento. No sé cómo, pero al final cabemos todos y todos sentados, alguno hasta echándose la siesta sentado.

Llegamos a la isla y buscamos nuestro hostel. Está en una de las calles interiores y solo ver la entrada asusta, lo bueno es que dentro es mucho mejor, las habitaciones están muy limpias y además tenemos desayuno incluido. Dejamos todas nuestras cosas y nos cambiamos rápido, nos ponemos los bañadores y nos vamos muy rápido a buscar una playa, ¡hace un calor insoportable!

Vamos caminando por el paseo hacia una playa que nos dicen que está bien y donde podemos ver la puesta de sol, y de camino Paula y yo nos retrasamos un poco porque vemos unas cabras con unos cabritos muy pequeños, incluso uno de ellos todavía tiene el cordón colgando, y viven en medio de la isla en unas vigas de hormigón de algún edificio que se quedó sin construir, ¡son tan adorables! Seguimos de camino a la playa y al llegar descubrimos que todo el suelo es de corales muertos y blancos por los que resulta muy difícil caminar, incluso dentro del agua, y todo el agua está muy sucia de algas y llena de basura que tira la gente, todo mucho más sucio de lo que nos podíamos llegar a imaginar. Eso sí, en medio de la orilla dentro del agua hay unos columpios hechos con troncos de madera, que hacen que la playa sea más paradisíaca. Todos se meten al agua hacia el fondo, y Paula y yo nos quedamos más en la orilla. Van volviendo muy despacito y doloridos ya que el fondo del mar está lleno de corales muy puntiagudos. Al salir del agua decidimos que lo mejor antes de irnos de la playa es tomarnos una cerveza, y nos sentamos al lado de donde estamos en un chiringuito. Estamos tan agusto que se nos hace de noche recordando y contando historias de cuando estábamos todos juntos en Londres. Aquí disfrutamos de uno de los atardeceres más famosos de por aquí.



Nos empieza a entrar el hambre y nos vamos por un caminito en busca de algo que comer. Muy cerca de nuestro hostel y en el camino central de la isla encontramos un mercado local con comida. Algunos comemos en los puestos de dentro y otros en los del fuera. Javi y y comemos en un puesto donde ponen unas bolas de patata frita, que saben igual que la tortilla de patata casera y ¡y nos encanta!

Al acabar todas las cenas es hora de ir al hostal. Estamos todos muy cansados y queremos dormir muchas horas para mañana disfrutar el día.

Buenas noches
Albi 🦄



sábado, 22 de abril de 2017

Día 76: De camino a Cemoro Lawang.

¿Cómo digo esto sin hacer que nos deprimamos? ¡Nos quedan dos semanas de viaje! Y aunque en España tengamos mil razones por las que volver, tengo que reconocer que yo al menos me podría acostumbrar a esta vida. Después de esto y sin más dilaciones, ¡empezamos el día!
Despertamos en Yogyakarta. Aunque hemos estado poquito por esta ciudad me ha gustado bastante con sus mercados y sus gentes majas. Desayunamos en el hostal tortilla, tostadas o pancakes, y esperamos a que nos venga a recoger el autobús que nos llevará a un pueblito cerca del volcán Bromo, para mañana subir hasta arriba andando.
Habíamos quedado a las 8:20 con el señor que nos vendió los billetes ayer, y aunque no tenemos muy claro cuantos autobuses vamos a coger o cómo será el trayecto, lo que sabemos es que son las 8:40 y seguimos esperando. ¿Se habrá olvidado de nosotros?
Al fin aparece un ratito después, y nos acompaña a una furgoneta, en la que hay dos italianos. Al entrar, agradecemos que el aire acondicionado no esté puesto a tope, y que los asientos se reclinen hasta los casi 180 grados, y sin saber muy bien cuánto tiempo vamos a estar metidos aquí, intentamos aprovechar al máximo esta comodidad.
Cuatro horas de viaje y varios amagos de parar después, aborrecemos los asientos pegajosos y el horrible calor que hace en este vehículo. Le pedimos al conductor que pare, que necesitamos ir al baño y comer algo. Él, que no sabe nada de inglés, asiente con la cabeza y sigue su camino.
Cuando paramos, es el típico sitio para turistas que no nos gusta nada porque los precios suelen estar por las nubes y la comida no ed tan buena, o al menos eso pensamos al bajar de nuestra furgoneta y ver bastantes autobuses aparcados. En realidad, los precios no son tan desorbitados, ni parece muy turístico el restaurante, ya que ningún camarero entiende ni papa de inglés. Al final, algunos optan por dibujar en una servilleta lo que quieren y pese a que nadie daba un duro por que se hubieran enterado ¡sorpresa! ¡Lo han entendido! Compramos algunos snacks y refrigerios para combatir el calor del resto del viaje, y preguntamos al conductor que cuánto camino queda y a qué hora estaremos en nuestro destino. El pobre, nos enseña 7 dedos de su mano, lo que no nos queda nada claro es si quedan 7 horas para llegar, o llegamos a las siete... Y él no sabe decirnos.

De vuelta a la furgoneta, nos entretenemos como podemos, escuchando música, programas de radio, durmiendo...etc. No hace falta que mencione que sigue haciendo demasiado calor y los asientos siguen estando pegajosos, ¿verdad? Pues eso. Aunque en un momento se pone a llover, y para mi es un regalo sacar el brazo por la ventana y mojármelo con ese agua tan fresca y sucia. 

Después de 14 horas en esa furgonetilla, atropellamos algo. Pensamos que es una señora, y no nos sorprende mucho ya que este hombre conduce como loco (¿no he contado que solía adelantar a los camiones de cinco en cinco por una carretera de dos carriles viniendo algún coche y muchas motos de frente, no? Pues eso.) Miramos mejor, y no ha atropellado a la señora, solo a su enorme bolsa, y ella está en el suelo intentando arreglarla. El autobús avanza un metro y medio más, y para en una agencia de viajes. Estamos en Probolingo, y tenemos que bajarnos aquí para poder coger otro autobús que nos lleve al pueblo donde tenemos el alojamiento.
Un señor nos pide los billetes de autobús y empieza a vendernos excursiones, y a querernos cobrar por tickets para poder ir al volcán, pero Jorge se ha informado bien, y dice que hay alguna posibilidad de no pagar si madrugamos mucho y nos ponemos en marcha antes que el resto de turistas. Ya nos habéis hecho énfasis en varios comentarios que pensáis que somos un poquito ratas, así que fieles a nuestra fama, decimos que ya lo pagaremos en la puerta cuando vayamos a entrar al volcán, y dejamos el problema para los nosotros del futuro a ver si con suerte, sale gratis.
Jack no se encuentra muy bien, así que le preguntamos al conductor de nuestro nueva furgoneta (en la que ahora vamos con otras 6 personas) que si podemos parar en algún sitio en el camino para que coma algo y recupere fuerzas. Nosotros queríamos comprar provisiones para nuestro trekking pero no encontramos nada apetecible, mientras, Jack se toma una sopa ardiendo en menos de un minuto y volvemos a la furgoneta.
Tras un largo trayecto cuesta arriba, nos paran en una garita y dicen que hay 6 personas que tienen que pagar la entrada a la zona. Ups, parece que el futuro es ahora. Hacemos muchas preguntas, debatimos, intentamos racanear, pero nada, si no lo pagamos no nos dejan entrar. Sólo nos están pidiendo 10.000 rupias, que me da hasta vergüenza poner cuantos euros son, y llevamos un rato largo aquí parados. (¡Nuestros compañeros de furgoneta nos van a odiar con tanta parada!) Al final terminamos cediendo, y se los damos de mala gana mientras nos avisan de que mañana para ver el volcán vamos a tener que pagar 215.000 por persona.
Se suponía que el trayecto duraría entre hora y hora y media, pero al final se ha hecho algo más de dos horas. (No solo por nuestra culpa, lo prometo, también había un atasco terrible.) A las 00:04, nos paran en lo que dicen que es nuestro hotel. Yo lo describiría más bien como una casa con varias habitaciones, ya que ni tiene recepción, ni ningún cartel con el nombre del hotel, ni nada. Pero no tenemos tiempo para pensarlo mucho, por que tenemos que cenar y por aquí todo está cerrado. Preguntamos a gente de la zona y nos señalan cómo llegar a un restaurante abierto a estas horas. Tomamos lo de siempre: noodles, arroz y sopas. ¡Que raro se nos va a hacer volver a España y dejar esta comida! (Raro, pero necesario, estamos todos deseándolo).
Después de la cena tenemos que acostarnos pronto, que las alarmas suenan a las 2:00 am para iniciar nuestro trekking nocturno y poder ver amanecer desde el volcán.
¡Buenas noches!
Paula

viernes, 21 de abril de 2017

Día 77. El madrugón del año, el amanecer del siglo y el volcán Bromo 🌋!

What's up!

Abro los ojos y por una vez hago la función de despertador, las alarmas sonaron​ y tal cuál las apagamos sin querer. En vez de podernos duchar, nos tenemos que adecentar deprisita que se nos pasa la hora.


Son las 2.30 am y hace fresquito, o más bien bastante frío. Nos ponemos las térmicas y listos para nuestro trekking nocturno. Estoy más que emocionado por ver el amanecer y la zona del Bromo.

Ayer nos explicaron que aproximadamente son 9 km hasta el View Point, otros 9km para llegar hasta arriba del cráter del volcán Bromo y unos 4km hasta llegar de vuelta al pueblo.

Empezamos con muchísimas ganas a andar en la oscuridad, solo llevamos 2 linternas, pero tenemos móviles con flash para ver encima de lo que estamos pisando. La luna alumbra un pelín el camino y vemos las sombras de los árboles, un montón de estrellas y lo que parece el perfil de la montaña que tenemos que escalar para llegar al view point.

Los primeros kilómetros son por una carretera, nos encontramos a algunas bandas de turistas que se atreven como nosotros a hacer el recorrido andando, algunos jeeps de los turistas vaguetes y algunos locales montando a caballo.

Tenemos en la cabeza que en cualquier momento podemos encontrarnos a los guardias que nos pedirán los 18€ que cuesta la entrada al parque natural. Pero de momento vamos teniendo suerte y evitamos el pago.

En un momento llegamos al camino que empieza a trepar la ladera de la montaña, Áng y yo nos compramos unas bananas en un puestecito de una señora Indonesa que nos indica el camino hasta el view point.

Todo va rodado aunque ya se empiezan a notar las cuestas empinadas y Alba empieza a quedarse sin respiración. La apoyamos moralmente y  seguimos el camino. El camino desaparece cuando llegamos a la primera base. Empezamos a encontrarnos en la nada, no hay manera de encontrar el camino que sigue hacia arriba. Los demás caminantes también parece que están un poco perdidos, pero con ayuda del GPS de Javi encontramos el senderito. Seguimos subiendo y vemos una nube enorme que parece no pintar nada en medio de la nada. Parece que es la nube de cenizas del volcán y nos encanta!

El paisaje a pesar de estar oscuro empieza a tomar relieve y es impresionante. Vemos telas de araña gigantes cuando apuntamos las linternas hacia los árboles, el camino se hace más vertical y cuesta un poco subirlo, trepando rocas y atravesando por zonas en las que nos mojamos los pantalones por las plantas de helecho que están mojadas, suponemos que por el rocío.

Estamos a punto de alcanzar el punto final, oímos ruidos y parece que va a estar lleno de gente, aunque no hemos visto nada más que a dos grupos de gente haciendo el camino andando, suponemos que los jeeps llevan a mucha peña camino arriba.

Alba, Jack y Paula se toman un respiro mientras Javi, Ang y yo exploramos donde puede estar la mejor zona para ver el amanecer. Encontramos un poco más arriba una zona ideal para verlo aunque esta llena de gente, pero con un saltito a los pilares de la valla nos hacemos con el mejor punto.

Paula necesita un te caliente y suerte que hay un señor vendiendo bebidas para el frío de la mañana. Ella no se encuentra muy bien por la subida y el frío, pero después del té todo arreglado!

Esperamos unos minutitos y se hace la magia, es increible. Las luces del amanecer sobre las montañas y enfrente nuestra una explanada blanca por la niebla baja, y en medio, cuatro volcanes impresionantes, el Bromo expulsa una nube de cenizas blancas que sobresale por encima de la niebla y otro de los volcanes hecha pequeñas nubes de vez en cuando. El paisaje es indescriptible y las fotos no hacen justicia.


Es una locura, la niebla empieza a moverse y a bajar la ladera hasta el pueblo aunque no se ve nada de lo que puede haber en la explanada de los volcanes, la niebla es muy densa.


Rojos, rosas, azules, negros, todos los colores imaginables aparecen frente a nosotros, estamos disfrutando esto como enanos. Ya es completamente de día y tenemos que ponernos en marcha si queremos llegar al top del volcán Bromo. Empezamos a bajar y los ánimos están muy arriba.

Pasamos todo el camino que habíamos recorrido para subir y llegamos a los campos de cultivo del pueblo. Tienen todo muy organizadito y perfectamente estructurado a pesar de lo escarpado del terreno. Bajamos una cuesta increíble y atravesamos el mar de niebla, ya podemos ver un poquito lo que nos espera en la esplanada, es un mar de arena, un desierto negro en mitad de la frondosidad de la jungla y bosques Indonesios!

Andamos por el mar de arena sin mucho criterio, solo siguiendo las pocas huellas de caballos  que encontramos y utilizando el GPS. Llegamos a la zona donde aparcan los jeeps, habrá como unos 30000000 jeeps, pero no se ve nada más allá de 3 metros así que no parece que esté muy petado de turistas Indonesios.



Pasamos un templo muy chulo en medio de la explanada y dejamos a mano derecha una montaña que parece un volcán. Más tarde descubriríamos que es un volcán inactivo, con toda su forma de cono y las marcas de los ríos de lava que algún día bajaron sus laderas, todo cubierto por vegetación que le da un toque verde increíblemente bonito.


Al final llegamos a la falda del cráter del Bromo, es una pasada, ya no hay tantísima niebla y se puede apreciar lo precioso que es el mar de arena. Hay mucha gente andando, otros muchos cabalgando caballos montañas arriba y abajo.



Paula decide quedarse abajo, no parece un a escalada fácil y no quiere que le de otra pajarita.

Los demás empezamos a subir las escaleras del infierno, y es que, cuando llegamos arriba del todo vemos el cráter en si mismo, toda la fuerza de la tierra debajo del volcán rugiendo y expulsando humo blanco y amarillo por el azufre, se ven las grietas por  donde salen las nubes y hay algún montoncito de mierda de los turistas y locales guarretes. Además vemos un esqueleto de caballo en el top del volcán, pensamos que puede ser una ofrenda de algún local, y también localizamos una pequeña escultura de Ganesha con flores alrededor, que simbolizan el punto sagrado del volcán.


Creo que no hay nada más bonito que este punto del planeta tierra, con la naturaleza tan viva como muerta, es impresionante.


Cuando llegamos de vuelta al hostal nos damos cuenta que no hemos pagado ni un dolar Indonés por nuestra aventura, así que estamos la mar de contentos. Ya pagamos una fee de entrada al pueblo así que entendemos que es suficiente por ser gente que lo único que hacemos es disfrutar del parque natural, hacer un turismo responsable y consumir en las tiendas del pueblo.



Preguntamos por nuestro desayuno de recompensa, solo son las 9 de la mañana y nos morimos del hambre, en el hall de las habitaciones nos encontramos unos talleres con arroz, tortilla  y tempet ( masa de granitos de soja), una buena recompensa por el gran esfuerzo!

Una duchita rápida y la furgoneta está lista para salir hacia Surabaya, dónde cogeremos un avión a nuestro próximo destino.

Vaya día más largo me ha tocado escribir!!!

Hacemos una parada en Probolingo, nos encontramos a una señora mayor sentada como una reina en  a su puesto de bananas y me vende 10 bananas por 5000 dolares, todo una ganga!


El autobús que nos lleva desde Probolingo hasta Surabaya es local, dos filas de asientos una con 2 sitios y otra con 3, nos toca amontonar nos como sardinas, es incómododisimo, aunque al final encontramos la postura, unos tumbados encima de los otros. El autobús está amenizado por karaokes y señores que llevan la charanga encima, con sus bongos y guitarras se suben al bus a tocar unas cancioncillas y a pedir una propina.

Después de unas 3 horas por fin llegamos, todos los locales se ríen a carcajadas de mis plátanos Indonesios, llevan la gusta encima, son majísimos y nos ayudan en todo, a encontrar wifi, hostales, etc.

Como la búsqueda online no da resultado nos ponemos en marcha, queremos llegar a un hostal majete y parece que todos están hasta arriba. En uno de ellos nos dejan wifi y bookeamos las habitaciones, nos cogemos un taxi loco y llegamos al hostal.

Nos recibe una señora que no puede ser más amable y risueña, nos prepara unos noodles gratis, nos ve en la cara que morimos de hambre. Después de una siestecita, Abraham, un Indonés que se ha quedado atrapado en Java mientras hacia su ruta de backpacker por un problema con su tarjeta de crédito, nos acompaña a comprarnos un snack al súper. Todo el mundo nos mira con sonrisas y nos encanta. Es un placer que la gente sea tan agradable.

De vuelta al hostal, hacemos la investigación para llegar a las Gili Islands y todo listo para mañana.

Después de tantísimas horas es hora de dormir!

Buenas noches y hasta la próxima!

Jorge 🐐

jueves, 20 de abril de 2017

Día 75. Yogyakarta.

Cuando abro los ojos Paula ya está despierta. ¡Qué bien he dormido y que hambre tengo!
Voy a comerme unas galletas y a dormir un ratito más que es pronto.
Vaya, un arsenal de hormigas han decidido pasearse toda la noche por la habitación hasta llegar a ellas. Hace mucho tiempo que dejé eso de ver un bicho en la habitación y matarlo, pero hay demasiadas así que decidió sacudirlas al suelo y acabar con algunas, pobres... Paula me hace sentir mal pero ya tenemos suficiente con las salamandras y alguna que otra cucaracha con las que convivimos.

Con tanta tontería y tanta risa ya no nos dormimos y salimos a desayunar, ¡que está incluido!

Una vez estamos todos y tenemos café y té para amenizar el rato, nos ponemos a mirar a donde ir hoy. En esta ciudad hay dos templos inmensos, uno budista y otro hinduista que son famosos y muy caros. Y no es por ser ratas, es que 18 y 20$ por entrar respectivamente es mucho. Hay un ticket combinado por el módico precio de 32$, pero claramente no vamos a pagar eso (¡más el transporte!).

Rápidamente decidimos que ya que estamos aquí alguno habrá que ver y nos decidimos por el barato. Esperemos que merezca la pena...

Iremos esta tarde, ya que nos han dicho que se ve un bonito atardecer desde allí.
Aprovechando antes de irnos a dar una vuelta, miramos nuestro siguiente destino. Nos lleva años por el mal wifi pero lo conseguimos. Autobús a Bromo, luego Surabaya y de ahí vuelo a las islas Gili.

Se nos hace un pelín tarde y decidimos ir a pasear por la zona más animada de mercado y comida. Me gusta esta ciudad, es tranquila pero tiene mucho ambiente. Y la gente es adorable, ni una sola persona ha sido desagradable. A penas vemos turistas y, aunque los locales saben poco inglés, con señas y sonidos nos hacemos entender. Se parten de risa. ¡Qué majos!

Comemos en puestecitos, cada uno a su gusto y antojo. Luego un heladito que hace un calor terrible y vamos a coger el bus.

Llegamos al templo Prambanan, un templo hinduista dedicado a la Trimurti, el dios de la creación, el de la conservación y la destrucción (Brahma, Visnú y Shivá).




Esta un poco nublado así que aunque la luz es bonita no tendremos la suerte de ver un precioso atardecer.

Unas fotos por aquí y por allá. Entramos, hay templos pequeños en torno a otros más grandes.

Hacemos unos amigos de Jakarta, son un grupito de unos seis chicos de 19 años. Acabamos bailando con ellos para uno de estos retos de internet, Turín Naik Challenge, instagrams para seguirnos y alguna que otra foto.
Cada templo está dedicado a un dios , ya nos son familiares y mola cuando puedes distinguirlos o al menos saber de qué va la cosa.




Curiosamente no vemos muchos indios, hay bastantes musulmanes visitándolo, pero lo mejor de todo es que nos hacen sentir como en India pidiéndonos fotos y selfies.


Ya va oscureciendo y ni con esas refresca. Vamos hacia el autobús y de ahí a la zona del mercado.
Cenamos algo y Paula y yo nos perdemos de camino al hostel. Es normal, son minicalles laberínticas, algunas sin salida y muy similares. Paula, dice saber dónde estamos en todo momento pero cada vez confío menos, hasta que se da por vencida y reconoce que estamos perdidas.

Callejeamos un poco más hasta que vemos una calle principal y llegamos exactamente al mercado de donde veníamos. No nos apetece perdernos más y vamos por el camino largo pero fácil. Nuestros amiguis ya están allí cuando llegamos, lógicamente.

Nos damos una ducha fresquita y nos tomamos una buena cerveza en la terraza. Jugamos unas cartas, le enseñamos a Jack a jugar a burro, aunque el dice "donkey" porque burro no le sale.
Y poco a poco vamos yéndonos a dormir.
Un día tranquilo pero muy chachi. Yogyakarta mola.

Buenas noches.

Án ☀️

miércoles, 19 de abril de 2017

Día 74: Suelo o cama, solo necesitamos dormir

Buenos días, son las 3:30 am y nos despertamos en el aeropuerto de Yakarta. No hemos podido dormir dentro del aeropuerto porque nuestro vuelo es a las 5:55. Así que buscamos un hueco cerca de la puerta y nos aposentamos. Esta vez sí que he dormido un poco pero también me ha dado tiempo a despertarme y vigilar que todos dormían bien. 

 

Hacemos el "check in" y  algún local intenta colarse...aunque creo que no saben que todos vamos a llegar al mismo tiempo. 
El vuelo pasa rápido, pues es solo una hora y nos quedamos fritos. Yo me levanto con un dolor de cuello que no puedo ver nada. Ya estamos en Yogyakarta, solo tenemos que esperar nuestras maletas y a nuestro amigo Jack, que se une a nuestro viaje hasta el final. 
Con las maletas en em carro tenemos que ir hasta la terminal internacinal, unos 300 m, ya que Jack viene desde Malasia y el nuestro era un vuelo doméstico. 
Antes de comenzar el camino compramos algo para desayunar que no cenamos casi y ya el hambre está llamando. 
Jorge y yo vamos como reyes ya que Alba, Àngela y Paula tiran del carro. La calle está llena de baches y se caen las maletas un par de veces pero nos ayudan los trabajadores del aeropuerto. 
Ya en la terminal internacional esperamos a Jack, Alba está un poco nerviosa. En la puerta de salida esperando le vemos llegar pero como no había tenido conexión a internet intenta conectarse. Este chico es muy social y no se da cuenta de que estamos ahí, una de las chicas con las que estaba se lo dice y él se emociona al vernos. 
El encuentro entre Alba y él es muy bonito y ya por fin estamos todos juntos. 👫👭👬
 
 
Cogemos el bus que nos lleva a la calle de los backpackers, allí un local de la zona nos lleva a su hostal pero al verlo no tiene agua caliente 😩 así que buscamos otro. También nos lleva el mismo y encontramos uno algo más barato y también el agua caliente escasea por la zona así que nos quedamos aquí. Son muy majos los dueños y nos ayudan un montón. Tenemos que esperar unas dos horas para poder entrar en la habitación y poder dormir, así que nos vamos a desayunar y ver una exposición local de arte.
Las pinturas se hacen por capas, primero si la tela de algodón es blanca y se quieren dejar algunos huecos blancos se le echa cera encima. Y luego se van dando las capas de color. Cuando el dibujo esta acabado se hierve en agua por 20 min para quitar toda la cera. Buena técnica 👨🏽‍🎨👩🏽‍🎨

Después vamos al hostal y aún tenemos que esperar unos minutos para entrar, yo me quedo dormido en el suelo, Angela en el sofá y el resto no me acuerdo jajaja

Ya con la habitación, nos echamos una siesta, todos menos Jorge que se va a investigar la zona y preguntar por los precios para ir hacia nuevas ciudades. 

Después de la siesta vamos a la calle con muchos puestos y muchas tiendas. Hacemos alguna que otra compra y acabamos cenando en un puesto local, esta vez sin sillas. Algo incómodo pero muy rico de sabor.


  
Después de cenar volvemos para el hostal que la siesta ha sido buena pero necesitamos más horas de sueño. 

Al llegar nos quedamos buscando algo más de información para el día siguiente. Mientras yo arreglo un par de cosas que se han roto: el vestido de Angela y la riñonera de Jack. "El taller de Javi"

Todo acabado, nos vamos a dormir.

Mañana más y mejor

Buenas noches 

Javi 👳🏾

Día 73. La patruya madrugadora, en terreno de nadie y la primera siesta nocturna Indonesa en la calle.

What's up!

Riiiiiiiiiing!!!!! Suena el despertador y abrimos la pestañita pensando en tortugitas. Después de la emoción de ayer hoy nos toca patruyar antes de que amanezca por la playa de enfrente del proyecto.

Beto está esperándonos y todos nos movemos como los koalas, a pesar de haber dormido poquito, ponemos toda nuestra mejor intención. Beto nos cuenta un montón de datos curiosos mientras recorremos la playa de lado a lado. Es una lástima que no encontremos otro nido de tortugas, pero ya tuvimos bastante suerte ayer, y no queremos que se vaya! Aunque no encontrásemos ningún rastro, Tioman nos regaló el último amanecer Malayo en nuestro viaje, y no podemos pedir más!



 Cogemos las maletas y las llevamos a la zona común, dónde esperamos al taxi mientras desayunamos unas tostadas, unos cafeses y teses. Le contamos a nuestro anfitrión lo agradecidos que estamos de que nos alojase y que nos descubriese este Paraíso Malayo. Ya le dijimos, que tarde o temprano, tendría que caer una visita para ver como nacen las tortugitas en un par de meses y cómo se van pitando hacia el mar en cuanto eclosionen.

Nos despedimos de Juara, Beto, la Playa, el gato de 6 dedos, el nido de tortugas... No nos queremos ir!! Pero el taxista se va a enfadar!

Ya en Teken, cogemos un ferry que nos lleva de vuelta a Mersing, y mochila al hombro y bajo los 38 graditos que están cayendo hacemos una pequeña marcha a la estación de buses. Nos hemos autoprohibido quejarnos del calor, no vaya a ser que se ponga en contra el karma y asome la nube en Indonesia!

Nuestra intención era coger un bus directo a Singapure y allí coger el avión, pero se nos tuercen los planes. El bus directo sale muy tarde y está completo, así que nos tocará​ hacer transbordo en Johor Budhur, la ciudad fronteriza de Malasia con Singapure.

Almorzamos unos arrozes bastante desagradables con sabor a pescado podrido y unos bollos ricos con nata, al menos nos quitamos el rancio de la boca!

Cuando llegamos a Johor buscamos el bus que nos cruce la frontera y conocemos a una pareja de jóvenes Españoles muy salaos, solo están de vacas por unas semanas y tuvieron la mala suerte de tener un accidente con la moto en Tailandia. Pensando en sus vacaciones, fueron un poco inconscientes y no se cuidaron las pupas, al final les tocó ir al hospital y con anestesia inyectada les limpiaron las heridas.

El mismo billete de bus nos sirve para cruzar toda la frontera, a pesar de que el trayecto sea un coñazo literal. Nos bajamos una vez para que nos sellen la salida de Malasia, y esperamos una cola infinita en tierra de nadie.

Otro bus y llegamos a la aduana Singapuriana. Los polis de aquí son bastantes lentos, así que se nos hace un poco interminable y tenemos que ir al aeropuerto. Esperábamos que hubiese algún cajero para cambiar dinero para el bus a los dólares singapureños, pero no! Así que nos toca convencer al conductor de que le pagaremos cuando lleguemos al aeropuerto.

Un viaje más en autobús, sacamos unos dolarcitos y comemos delicias locales en el aeropuerto: una sopa de noodles y muchas patatas fritas, y hamburguesas del McDonalds, además de unos conos de helado y un gofre delicioso, todo a cuenta de Javi.



El avión a Yakarta se pasa rápido, lo que se hace eterno es el shuttle bus ( ya me tocaba escribir alguna palabreja en inglés) que nos lleva a nuestra terminal, dónde cogeremos el avión para Yogyakarta, nuestro siguiente destino.



Nos dicen que no podemos entrar hasta 2 horas antes de la salida del avión, así que decidimos aparcar las mochilas en la calle y echarle narices al suelo para dormir un ratillo. Soñando sobre lo increíble que lo hemos pasado en Malasia y lo alucinante que nos queda por vivir en el último país de nuestra aventura, nos quedamos dormidos placenteramente en el suelo Indonés!

Buenas noches y hasta la próxima,

Jorge 🐐


martes, 18 de abril de 2017

Día 72 ¡El paraíso de Juara!

¡Buenos días!

Nos levantamos en las cabañas del proyecto de tortugas de Juara y desayunamos con nuestros compañeros. Unas tostaditas, unos cafés... ¡Qué buen día hace! Tenemos muchas cosas por hacer hoy. Recogemos un poco y nos preparamos para ir a la cascada.

Empezamos el camino y Jorge se va enamorando cada vez más y más de este sitio. Tenemos que cruzar el río que llega a la playa. Tienen un buen sistema montado para pasar, nos subimos en una especie de isla flotante de madera agarrada por unas cuerdas a las dos orillas y tiramos de la cuerda para llegar al otro lado.




En el camino vemos mariposas de colores, lagartos grandotes y una vegetación increíble. Cruzamos riachuelos, atravesamos la frondosa vegetación, subimos, bajamos... Es una isla preciosa.



Y llegamos a la cascada. Llevamos poco tiempo en esta isla y todos estamos convencidos de que ha sido una buena elección. Pocos turistas, playas preciosas y muy naturales, inmensas junglas y montañas...
Nos damos un buen baño de agua fresquita y nos relajamos un poco.



Se acerca la hora de comer y algunos de nuestros compañeros ya se han ido.
Quedamos Beto, nuestros amigos ingleses y nosotros cinco. Así que empezamos el camino de vuelta.

Al llegar nos cambiamos rápidamente y a comer. Tenemos arroz, pollo, verduras, tortilla... Y lo mejor de todo vemos Toy Story mientras comemos.
Poco después de comer empezamos a prepararnos. ¡Nos vamos en barco! Barco privado por cierto, con el gran capitán Beto. Que, aunque no ha cogido barcos en su vida, aquí se está volviendo un experto. El barco da algún problemita pero él lo soluciona todo y emprendemos nuestro camino hacia una playa cercana para hacer snorkel.




El paisaje es alucinante, "el paraíso" palabras textuales de Jorge.
Beto no se mete al agua que está pachucho del oído pero nosotros nos ponemos tubo y aletas y a bucear.
Está lleno de corales de muchos colores y anémonas con pececillos payaso. ¡Estamos super felices, no se puede pedir más!

Volvemos y a las 17 tenemos la reunión diaria del proyecto. Repartimos tareas, merendamos plátano frito y algo hecho con pescado. Después una duchita toca cenar en el mercado del pueblo. Una vez preparados y con la maleta hecha Beto coge la motillo con un rudimentario sidecar y haciendo viaje tras viaje nos lleva.

Es un mercadito pequeño y familiar. Comemos y hablamos con los compis y nos vamos a hacer pulseritas.

Las chicas estamos cansadas y nos vamos a dormir, mañana nos toca patrullar la playa a las 6 am para ver si hay rastro de tortugas y si los hay, buscar posibles nidos. Esta tarea se repite cada día en varias playas por la mañana y por la noche. Es un trabajo sacrificado pero bonito y reconfortante.

Me cuesta bastante dormir, escucho mosquitos y soy atacada varias veces pero al final lo consigo.

Y de repente entra Jorge gritando tanto que sin darnos ni cuenta de qué pasa estamos andando hacia la playa.
¡Han encontrado un nido!
No lo podemos creer, dos días aquí y tenemos esa suerte...
La tortuga no está pero se ve el rastro en la arena, tomamos datos (Beto lo apunta todo en el registro). Estamos todos y cada uno de los voluntarios del proyecto.

Una vez que determinan la zona donde se encuentra el nido vemos llegar a un local en moto. Viene hacia nosotros, todos nos apartamos y clava suavemente un palito fino en la arena. Ahí no es. Saca el palo y repite lo mismo un palmo más a la derecha. Ahí está. Estamos boquiabiertos. Resulta que es un antiguo huevero, un local que buscaba huevos de tortuga para hacer negocio pero que ahora el proyecto paga para que trabaje para ellos. Así todos salen ganando. ¡Y es un crack! Qué facilidad.

Beto empieza a desenterrar y cuando lleva como medio metro se ven los huevitos. Son como pelotas de ping pong. Tenemos que sacarlos todos y con cuidado, sin moverlos mucho, colocarlos en una caja de poliespan. Todos participamos. ¡Hay 187! (Jorge es el encargado de contar). Entre cómo hemos saltado de la cama y lo emocionante que es parece un sueño.


Con mucho cuidado llevan la caja al refugio/incubadora que hay vayado en la playa con otros dos nidos más antiguos. Se colocan allí para protegerlos de depredadores (como los monitor lizards que tanto abundan aquí) y hueveros que siguen activos en la zona.
Entramos todos y hacemos un agujero como el anterior, con las medidas para que sea lo más similar posible.
Ahora toca colocar todos los huevitos de nuevo y cubrirlo de arena. Luego se pone una vayita para saber exactamente dónde está. Solo hay que esperar dos meses para ver cómo esas preciosas tortuguitas salen hacia arriba en busca del mar. (Habrá que venir en junio para verlo, ahí lo dejo).


Después de este episodio tan inesperado volvemos a la cama. Ahora cuesta más volver a dormir pero ya podemos darnos prisa que el despertador suena en tres horas...

¡Buenas y felices noches a todos!

Pd. A estas alturas es importante aclarar que todo lo contado e incluso las fotos de todos nuestros blogs/vídeos/redes sociales no se asemejan a la realidad. Ni las mejores cámaras captan lo que es y lo que sentimos viviento todo esto.

Án ☀️

Días 53-58 en vídeo 🎥

What's up!!

Nuevo vídeo en YouTube, esta vez en Bangkok 🏙, Kho Phi Phi 🏝 y Krabi 🦀. El sur de Tailandia fue una pasada y parece que fue ayer cuando nos subimos al Club 47, o cuando vimos al primer lagarto monitor del viaje 🐊, pero ya ha pasado un tiempito!! Lo pasamos en grande haciendo trekkings por la jungla 🐛🕷, descubriendo playas increíbles 🌊 y tuvimos piscina en el hostal 😂😍

https://youtu.be/07vjwD_2gkc

Pd. Las dos Go Pros han muerto, una por ahogamiento (???) Y la otra no lo tenemos muy claro... pero ya no podemos seguir grabando 😥

lunes, 17 de abril de 2017

Día 71: Primer día en Pulau Tioman

Al abrir los ojos y dar la vuelta en la cama veo a Javi, qué bien, ha llegado sano y salvo y nos ha encontrado. Por la noche me había parecido verle escalar a su cama, pero no sabía si era un sueño. Nos levantamos, y entre unas cosas y otras al final salimos con 40 minutos de retraso sobre lo planeado. Ángela, Jorge y yo nos acercamos a comprar los billetes del ferry que nos llevará a Tioman. Nos habían dicho que teníamos que ir con una hora y media de antelación, y vamos con bastante menos, pero un señor nos lleva a una casetita y nos vende los tickets allí. Es muy majo, y, como mucha gente en estos países, se fija en el septum de Ángela y empieza a hacer preguntas sobre él. Cuando vamos hacia el puerto, este hombre va presumiendo por el camino, diciendo que Ángela es su novia.
Después, vamos a tomar algo de desayuno, y como no hay mucho más dónde elegir terminamos comiendo arroz con huevo frito. 
Hacemos el check-in para el ferry, ¡en este nos piden hasta el pasaporte! Y nos ponemos a la cola, hay demasiada gente, no parece posible que podamos entrar todos en un barco, pero nosotros tenemos asientos numerados, así que estamos medio tranquilos. 
Al fin entramos, vamos a nuestros asientos y están ocupados. Cuando les decimos que esos asientos son nuestros, nos dicen que aquí todo el mundo se sienta donde quiere, que nos busquemos otros sitios. Nos vamos al piso de arriba, dónde hay varios sitios, y después de un ratito moviendo a gente, al final conseguimos 5 sitios repartidos a lo largo del barco.
Nos tenemos que bajar en la tercera parada, que se llama Teket, después de un par de horas de intentar dormir allí. Al llegar, nos habían dicho que teníamos que coger un taxi hasta el proyecto de tortugas de Juara, donde trabaja Beto, un amigo de Ángela con el que vamos a pasar un par de días.
Diluvia, ¡vaya suerte! Llevamos más de dos semanas pasando los días empapados (tanto, que hemos estado a punto de cambiar el itinerario e ir a las Islas Perethian después de comprobar el tiempo que va a hacer en cada rincón de Malasia, ya que era el único que auguraba sol para varios días). ¡No es justo, si ayer Beto estaba diciendo que aquí hacia un solazo estupendo! 
Negociamos el precio del taxi y nos montamos con un señor muy majo. Nos lleva poco a poco a través de una jungla, las cuestas son tan empinadas que se hace difícil la subida con el coche tan lleno (6 personas y sus respectivas maletas), pero las vistas son increíbles. No llevamos ni 15 minutos en esta isla y ya todo nos parece alucinante, ¡qué paisajes!
Al llegar al proyecto, oímos a una señora decir "Biito, your Friends!" Mientras descargamos las maletas, el conductor  nos dice que nos puede recoger en dos días así que nos da su número de teléfono para que le llamemos. 
Alberto nos enseñan un poco las instalaciones del proyecto y nuestras habitaciones, así que dejamos las mochilas y nos vamos a comer. Aquí no hay mucho donde poder elegir pero Alberto knows better y nos lleva a un restaurante local. Cansados de comer tanto noodle y arroz pedimos algo mas occidental. Unos huevos fritos con patatas mmmm delicuous😜
Despues de comer nos ponemos en búsqueda de los vuelos para llegar hasta Indonesia, una tarea algo difícil ya que el WiFi no funciona muy bien. Para llevarlo mejor nos tomamos un café y unas galletas. Cuando estamos a punto de comprarlos, falla el WiFi y en el proyecto están haciendo pulseras, para luego venderlas en el mercado local, así que nos unimos a ellos para ayudar. Mientras tanto Javi y Ángela de encargan de conseguir los vuelos. Pero no hay manera  así que seguimos con las actividades del proyecto. 

Alberto nos lleva a la zona de información donde nos explica cuales son las causas de la extinción de las tortugas y cuál son los procedimientos para intentar salvar la especie. 
Después de la charla, toca meeting con el resto de voluntarios y trabajadores del proyecto, es una reunión donde se reparten las tareas ( barrer, tirar la basura, o cambiar el agua de los barreños) y las actividades que se van a realizar al día siguiente. También se organizan las patrullas, la de la mañana a las 6:00 am y la de la noche a la 11:30pm. El objetivo de la patrulla es caminar a lo largo de la playa con una luz roja e intentar encontrar rastros de tortugas marinas. Alberto nos dice que están esperando una tortuga en una isla solo accesible por barco y que se va en la patrulla mañanera.
Acabada la reunión, nos preparamos, cogemos nuestro equipo de snorkel: mascara, tubo y aletas y marchamos a la playa. Nada mas entrar notamos gran diferencia de temperatura en el agua, una capa muy fria y la otra muy caliente debido a la desembocadura de uno de los ríos de la isla, ¡es como el lago que vimos en Penang! Empezamos a hacer nuestro snorkeling y vemos muchas manta-rayas que con acercarnos se mueven. Todo es muy bonito. Ya con bastante profundidad comienzan a aparecer los corales. Wow que preciosidad.
Tenemos un problema, la Go Pro no estaba bien cerrada y se nos ahoga, le entra mucha agua y deja de funcionar 😱
Tenemos la cámara de Alberto asi que podemos tomar alguna foto y grabar algún vídeo.
Volvemos al proyecto para darnos una ducha. Beto nos dice que no hay agua caliente pero tampoco nos importa mucho porque hace bastante calor (¡al final ha salido el sol!) y solo necesitamos quitarnos el agua salada del cuerpo.  
Ya con el cuerpo limpio nos ponemos a la carga con los vuelos, esta vez sí que funciona y los compramos. Ya podemos llegar a Indonesia. 
En el proyecto conocemos a una pareja de ingleses, Chloe and Charlie que estarán una semana de voluntarios. Son tan majos que vamos a cenar con ellos. Como ya sabéis nosotros somos de volver a los sitios donde nos tratan bien así que volvemos al mismo sitio donde hemos comido. Esta vez probamos comida típica de Malasia,algo picante pero muy rico. Nos merecemos una cerveza de postre así que vamos al único bar donde te venden cervezas en esta zona de la isla con nuestros nuevos amigos.
Después de la cerveza nos vamos hacia el proyecto, Beto tiene que despertarse pronto y nosotros queremos descansar un poco, así que nos vamos a la cama prontito.


Buenas noches
Mañana mas y mejor 

Paula 🌵 
Javi 👳

sábado, 15 de abril de 2017

Día 70: de isla a isla y Mersing porque nos toca

Buenos días, 
Hoy nos despertamos un poco antes de las 7am para poder desayunar y cerrar maletas en Penang, toca cambiar de isla. 
Dejamos nuestras camas/cubiculos vacíos y bajamos a tomar un café para empezar bien la mañana. No llego a encontrar ningún vaso pero Jorge, que se conoce mejor el hostal, entra hasta la cocina y los coge.
Ya con el café bebido y todo listo ponemos rumbo a Tioman, un camino algo largo pero no tanto como en otros países ya visitados. El primer transporte es un Ferry que nos lleva desde Penang hasta Butterwhorth, lo mejor de esto que nos ha salido gratis 😎
Nuestra idea era ir desde ahí hasta Mersing del tirón pero al llegar a la estación de autobuses nos dicen que el único bus es por la noche pero que podemos ir a Kuala Lumpur y allí coger otro y llegar por la noche. 
Cogemos el segundo medio de transporte, esta vez un bus 🚎(ya los echábamos de menos y son bastante cómodos), y llegamos a Kuala Lumpur. 

Una vez aquí, yo decido quedarme para solucionar un problema con el tío que me vendió el móvil y que no funciona, el resto coge el bus de las 16. Es la primera vez que nos separamos tanto...les voy a echar de menos 😢

Ellos llegan sobre las 11 y mandan su ubicación para que podamos encontrarnos una vez que yo llegue allá.
Pasaremos la noche allí porque el ferry solo sale por la mañana. 

Yo en Kuala Lumpur voy a la tienda donde ocurrió todo y consigo solucionar el problemilla. Cuando he acabado, empieza a caer una tormenta eléctrica de las fuertes pero no tengo mucho tiempo si quiero llegar a coger el siguiente bus así que: me impermeabilizo y continuó mi viaje. Paula se había dejado unas sandalias, las que se había comprado en Myanmar, en el hostal así que pasó a por ella su taraaaaaan estaban ahí. Así que las cojo y marchó hacia la estación de bus. 

En la estación ceno un poco de KCF (pollo frito) y me preparo con el"outfit" de viajes por el AC (aire acondicionado): 👖pantalón largo y sudadera. 
En verdad no había hecho falta porque el AC no funcionaba muy bien. El conductor parece que tiene prisa por llegar y la carretera no es muy buena. Casi no puedo dormir por el meneo de este bus.

Ya en Mersing, me resulta muy fácil encontrar el hostal, como bien habíamos leído en TripAdvisor, es un sitio para echar la noche y salir para coger el ferry al día siguiente.
Cuando Angela, Paula, Jorge y Alba llegaron se encontraron al jefe dormido en el sofá, a mí me pasó lo mismo. Yo no le despierto y abro una puerta y encentro a mis amiguis, !Como les había echado de menos! eso si les encuentro como siempre que pasó la noche en vela, durmiendo. No hago fotos porque estoy cansado. Me cuelo en la habitación elijo una cama y a dormir como marmotas.

Mañana amanecemos pronto,

Buenas noches,

Javi 👳🏾 


PD: No hay fotos, cuando viajas es lo mismo que cuando se estudia, no se toman fotos 🤣🤣

Día 69. Parque Nacional de Penang: trekking, tortugas, olas y playa.

¡Buenos días!

Qué gusto salir de esa habitación refrigerada a 25 grados. Una cosa es tener aire acondicionado, que se agradece, pero no tienen término medio. Así nos hemos levantado... Molestias de garganta y resfriados.
Según bajamos a la terraza vamos yendo a por desayuno y nos espabilamos para ver qué vamos a hacer hoy.

Estamos en George Town que es bonito, pero tan pequeño que ya está visto. Tenemos que aprovechar la isla y el tiempo, que parece que nos está dando un respiro de lluvias.
Tenemos varias opciones pero ninguna clara así que decidimos ir al Parque Nacional de Penang y allí ya veremos qué hacemos.

Javi está pachucho y necesita descanso así que le dejamos acostadito para ver si se recupera pronto.
Nosotros cuatro nos vamos a coger el bus que perdemos dos veces por estar empanados.
Un camino de curvas sinuosas a una velocidad poco adecuada a los giros y el mar justo al lado nos revuelven un poco el estómago pero en poco menos de una hora estamos allí.

La entrada es gratuita sólo es necesario que nos apuntemos en un registro. Al hombre parece que hoy no le apetece trabajar, nos dice que sólo podemos ir a Monkey Beach, que en las demás playas está prohibido el baño. Preguntamos un poco más y entre gruñidos sólo dice que está prohibido por varias muertes.
Vaya...

Nos pica la curiosidad y además tenemos más preguntas sobre cómo llegar y qué diferentes rutas podemos hacer así que cruzamos a hablar con el hombre de los barcos que te llevan a diferentes playas. Es bastante más majo así que nos cuenta que en una de las playas está el centro de conservación de tortugas y que esa misma playa está plagada de medusas en mar abierto. Podemos ir a visitarla, dice que es totalmente natural y muy bonita. Además tiene lagos meromáticos, lagos que se forman en la desembocadura de un río en el mar y en los que se diferencian las capas de agua. El agua de mar permanece abajo por el peso y por eso puedes notar la diferencia de temperaturas.

A las chicas nos parece bien hacer un trekking por la jungla hasta allí y una vez en esa playa coger un barco por la costa hasta la playa de los monos, que es más turística. Jorge está refunfuñón y no quiere barco. Pero hoy somos mayoría.

Conocemos a un matrimonio español al que nos unimos para el barco, que sale más barato (16 ringgits por persona, unos 3 euros).

Empezamos a caminar todos juntos. Ellos viven en Australia, los dos vascos, pero él nacido allí y se conocieron en Londres. Casi dos horas de charlita dan para mucho. ¡Qué majos!

Durante el camino vemos monitores, unos largartos grandotes que viven felizmente por manglares y la orilla de las playas. Da impresión verlos tan cerca.


Hace calorcete y humedad pero como ya hemos dicho, no está permitida ni la más mínima queja del sol y el calor, nos toca aguantar.

Llegamos al lago y un pelín más delante está la playa. Como ya sabíamos muy natural y paisaje precioso.
No podemos bañarnos pero si mojar los pies. La arena es blanca pero sorprendentemente gruesa y se nos hunden mucho los pies.



Caminamos hasta que encontramos el centro de conservación de tortugas. Entramos y tienen varios pilones. En uno hay una tortuga Hawksbill, de unos 20 años que fue encontrada herida por un pescador (creen que por un delfín) y está recuperándose para ser devuelta al mar. En otra hay una tortuga verde, ésta nos gusta menos porque está ahí para estudios e investigaciones, pero bueno, entendemos que de alguna forma tendrán que estudiarlas.
Y en otros dos más pequeños hay unas cuantas medianas, de entre 7 meses y 7 años, y muchas pequeñitas que no tienen ni una semana. Todas éstas estarán ahí hasta que llegue el siguiente nido, y entonces se irán al mar.


Nos quedamos un rato observándolas, la verdad que son preciosas, muy diferentes a las que estamos acostumbrados a ver. La diferencia entre las patas, los dibujos de su piel, los colores, las fosas nasales... Sería genial poder verlas en libertad, nadando a sus anchas por el océano.

Nos acercamos al jeti (embarcado en malayo) y esperamos al barquito disfrutando del paisaje y el tiempo.
Es una especie de lancha y nada más entrar nos tenemos que poner los chalecos salvavidas. Dos minutos más tarde entendemos por qué. ¡Vaya olas y vaya botes! Es súper divertido o al menos a mi me lo parece. A Jorge y Paula también, por lo menos no es uno de esos ferris aburridos. Albi está un poco asustada y tiene motivos para estarlo porque cada vez el barco se tuerce más.




Por el camino vemos lagartos, monos, nidos de águila...
Finalmente llegamos sanos y salvos a la Playa de los Monos donde no hay ninguno pero es muy bonita. Algo más turística pero nada comparado con las playas turísticas de Tailandia. Hay unos puestecitos de alquiler de lanchas y de comida y poco más.

Comemos unos arroces y noodles fritos con verduras, huevo... Para variar un poco la dieta.
Y en cuanto terminamos rodamos unos metros con la tripa llena hasta un poco más cerca de la orilla. El agua está tan caliente que no apetece ni bañarse así que un poco de relax y una siestecita para aprovechar la sombrita de las palmeras de esta maravilla natural.

Sobre las 17.30 nos vamos en la lancha con nuestros compañeros y después de otro excitante paseo llegamos al final.
Nos despedimos de Arritxu e Iñaqui, que nos dan su contacto por si algún día nos dejamos caer por tierras australianas y corremos hacia el bus para no volver a perderlo varias veces.


Que desagradable es el aire acondicionado de todos los sitios, como siempre llegamos congelados y al bajar nos da el golpe de calor.

Una vez en la zona del hostel vamos a un par de agencias a preguntar precios de autobuses y ferris para nuestro siguiente destino aunque aún no tenemos claro cuál es.

Nos vamos al hostel y nos encontramos con Javi que ha pasado buen día, está mucho mejor, ¡tiene mejor cara porque vuelve a tener iPhone! Debatimos cual será el próximo destino y miramos opciones. Nos decidimos por emprender viaje hacia Pulau Tioman. Una vez más cruzaremos un país entero (como nos gusta...).
Nos vamos a preguntar cómo llegar y las posibilidades que hay y nos dicen que tendremos que investigar horarios sobre la marcha y coger transportes locales.

Cogemos cena en puestecitos y nos vamos a la terraza. Una vez terminamos nos vamos a la cama, yo y alguno más hoy no puede con la vida. Algunos días pesan más que otros.
Yo hablo con Alberto, un amigo que trabaja en un proyecto de conservación de tortugas en Tiomán a donde llegaremos mañana o pasado...
Y vamos cayendo uno tras otro.

¡Buenas noches!

Án ☀️