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domingo, 2 de abril de 2017

Día 56, descubriendo Koh Phi Phi.

Aunque no nos hemos puesto despertadores ayer nos acostamos prontito y me despierto por la luz. Están todos profundamente dormidos así que remoloneo en la cama y en cuanto veo que Jorge abre un ojo voy a molestarle y a pensar plan para hoy. Queremos ir a alguna playa que no esté llena de turistas, es difícil, pero las hay. Después de comernos la cabeza buscando recorridos a través de las frondosas montañas de la isla nos decidimos por "Nui Beach". No Estamos muy seguros porque parece que sólo se puede acceder por kayak o barco y nosotros no queremos nada de eso, pero vamos a probar.

Una vez todos despiertos nos ponemos bañadores y vamos a buscar algo de desayuno.
De momento no llueve pero tiene pinta de que en cualquier momento va a empezar a caer fuerte, por eso comenzamos nuestro camino cuanto antes para aprovechar lo que nos permita el tiempo.

Empezamos a demabular por las callejuelas buscando el camino correcto hasta que nos orientamos. Primero andamos por playas, algunas muy sucias pensamos que por las fiestas que hacen en barcos, y luego comenzamos a subir la montaña.
La humedad es horrible y estamos empapados de sudor. Además muy listos nosotros que vamos a playas  sin acceso (ni restaurantes, ni hoteles...) con una sola botella de agua.

El camino es precioso, muy duro pero muy guay. Vemos un lagarto bastante grande y nos emocionamos. Encontramos un caminito que aunque no nos indica muy bien para donde seguir está lleno de señales de zona de peligro de tsunami y zonas de evacuación. Esta isla fue una de las zonas más afectadas en el tsunami de 2004 y no mola nada pensarlo.


Llegamos a una playa, es muy bonita pero resulta que no es a la que queríamos llegar, es Lana Beach.
Dudamos si quedarnos o seguir hasta la nuestra aunque no hay más camino.
Jorge se empeña en buscar la manera de llegar al otro lado de la montaña, donde está Nui Beach y todos le seguimos.

Trepamos y escalamos hasta que vemos que no hay forma de seguir.
Entonces pensamos en regresar a la anterior a disfrutar y a relajarnos después del camino hasta allí pero Jorge es un cabezota y dice que él sigue. A mi me da envidia que él vaya a conseguir llegar y yo no, y me uno.

Aquí se separan nuestros caminos...
Jorge y yo emprendemos camino, empezamos a escalar por donde podemos, Jorge va delante explorando el terreno e intentado seguir recto.
En mi cabeza empiezo a pensar que no ha sido buena idea pero ahora tampoco se volver así que sigo sin pensar.

Empezamos a escuchar ruidos y yo entro en pánico, ¿qué tipo de animales habrá en estas junglas? No quiero ni pensarlo. Miro para atrás buscando como podría defenderme de los depredadores 😂. Jorge se sube a un árbol y ve que son monos, bastante más grandes que los que hemos visto hasta ahora. Yo sólo espero que no nos rodeen y nos ataquen.

A parte de monos no paro de pensar en serpientes y tarántulas. Estamos pisando rocas, agujeros, plantas, árboles... Y no llegamos nunca, ¡ni siquiera sabemos donde estamos! Empezamos a escuchar barcos y ruido pero no sabemos para donde tirar.


Tras deshacer varias veces lo andado y desesperarnos un poco empezamos a bajar (a saltos y toboganes) hasta que vemos un poquito de arena. Con las piernas llenas de arañazos y picaduras, ¡hemos llegado!
Salimos de entre palmeras y maleza al medio de una increíble playa entre montañas, de arena blanca y agua clara llena de peces de colores.
Hay gente que ha llegado en barcos y kayak, pero somos pocos y se agradece.
A los segundos ya estamos en el agua, ¡qué maravilla!
Aprovechamos los mini rayitos de sol y no paro de mirar a mi alrededor, estomos entusiasmados.


Llegan en kayak un grupo de chicos y chicas, resulta que los chicos son amigos de mi hermana, qué pequeño es el mundo. Ellos van en kayak y nos ofrecen volver con ellos porque desde que hemos llegado estamos pensando en cómo podremos volver. Pero es pronto y llevamos poco disfrutando de este trocito de paraíso así que decidimos averiguar más tarde el camino de vuelta. Antes de irse nos dan una botella de agua y no puedo estarles más agradecida.
Mandamos un mensaje a Alba para que sepan que puede que lleguemos tarde y sea casi mejor quedar en el hostel.

Se van los barcos y poco a poco nos quedamos casi solos. Nos damos otro bañito, tocamos un poco el ukelele, hacemos unas fotos y, cuando empieza a llover un poco fuerte, decidimos que es momento de volver.


Además a esta hora la marea baja mucho, más de lo que nunca he visto, parece que se vacía el mar y quizá la vuelta ahora sea más fácil. Encontramos un caminito entre rocas y árboles que pensamos que será donde la gente hace pis pero no. Nos lleva a la playa donde se quedaron nuestro amiguis está manaña. Es accesible sólo porque la marea está muy baja, por eso esta mañana no lo vimos.


Está diluviando y estamos empapadísimos pero como no hace frío no importa. Hacemos memoria para recordar el camino y llegamos a la playa cercana al pueblo. Hay una especia de pepinos de mar que escupen agua y las rocas por donde andamos están llenas de lodo y resbalan muchísimo.
Atravesamos por el medio y llegamos al pueblo. Directos al hostel a darnos una ducha.


Cuando llegan los demás que estaban comiendo nos dicen un restaurante barato para lo que es está isla y para allá vamos rápidamente, que son casi las 7 y no hemos comido.

Mientras tanto, Alba, Paula y Javi...
(Javi relata)
Damos media vuelta y decidimos quedarnos en Lana Beach. No hay mucha gente aunque de vez en cuando viene un taxi boat que trae a dos o tres personas pero se van al poco tiempo.
Antes de sentarnos debajo del árbol por si acaso llovía, vemos unos cangrejos ermitaños por la playa, al fijarnos bien hay un montón, Alba se atreve y coge uno mediano y como ve que no pasa nada coge uno más grande. A Javi también le apetece coger uno y encuentra uno diminuto que le hace mucho has cosquillas.

Una vez sentados nos acercamos a un puesto que hay para beber algo que estamos muy deshidratados.
Alba y Javi van a disfrutar de los ermitaños mientras Paula disfruta del agua calentita y de las mini olas.

Se ha nublado el día por lo que tenemos que tomar una decisión, o bien comemos por la zona y luego pillamos un taxi o bieb nos vamos ya que la tormenta está a punto de empezar. Salimos de la playa y justo cuando nos quedaba poco para el punto más alto de la ruta comienza a llover, esta vez hemos vuelto al pueblo en menos de 30 min.

La zona de la playa que antes estaba cubierta de agua ahora está vacía por lo que andamos por la playa y en las rocas vemos muchos cangrejos y otros animalitos. Paula se ha atrevido a coger un cangrejo!

La lluvia nos ha empapado pero tenemos hambre así que decidimos buscar un sitio barato con buen sabor para comer. Después nos vamos al hostal y nos encontramos con Angela y Jorge y les recomendamos nuestro restaurante. Mientras ellos van a comer nosotros caemos muertos en la cama un rato.


Una vez todos juntos en la habitación decidimos tomarnos unas cervecitas para ir ambientandonos, que hemos quedado por la noche con los amiguetes que encontramos esta mañana.
¡Hoy toca fiesta y uniforme de piñas!


Unas cervecitas "Chang" por la calle y nos vamos a un club con beer-pong y mucho ambiente.
Causamos furor, un chico nos ve y va corriendo a cambiarse para ponerse una que tiene igual😂. Qué listo, quiere chupitos gratis...

Cuando nos cansamos de la música salimos y nos vamos a la playa, no se cómo pero somos muchos más que al principio.
Hay fiesta con música y fuego, bailamos mucho y nos bañamos.

Lo pasamos muy bien. Todo va sobre ruedas hasta que nos damos cuenta de que falta la riñonera de Alba... Se la han robado en un descuido. Paula tampoco tiene la suya pero ve a un chico corriendo y unos chicos tailandeses le ayudan a conseguirla, pero de la de Alba no hay rastro... Qué rabia, estamos seguros de que han sido un grupo de ingleses. Jorge y yo que no podemos más nos vamos a dormir, Paula llega al poco tiempo y Alba y Javi van a la comisaría. Vaya cachondeo de sitio, es de todo menos formal.

La pobre Albi se va a dormir, ya mañana será otro día para pensar y solucionar el problema, al menos no ha perdido el pasaporte.

Menos por este altercado ha sido un día muy chuli, una pena que haya gente que hasta de vacaciones se dedique a esto.

¡Buenas noches a todos!

Án ☀️


1 comentario:

  1. Ángela y Jorge: sois unos aventureros y unos valientes!
    Estáis muy guapos con el uniforme de piñas
    Qué put.... lo de la riñonera de Alba pobre!

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