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jueves, 20 de abril de 2017

Día 75. Yogyakarta.

Cuando abro los ojos Paula ya está despierta. ¡Qué bien he dormido y que hambre tengo!
Voy a comerme unas galletas y a dormir un ratito más que es pronto.
Vaya, un arsenal de hormigas han decidido pasearse toda la noche por la habitación hasta llegar a ellas. Hace mucho tiempo que dejé eso de ver un bicho en la habitación y matarlo, pero hay demasiadas así que decidió sacudirlas al suelo y acabar con algunas, pobres... Paula me hace sentir mal pero ya tenemos suficiente con las salamandras y alguna que otra cucaracha con las que convivimos.

Con tanta tontería y tanta risa ya no nos dormimos y salimos a desayunar, ¡que está incluido!

Una vez estamos todos y tenemos café y té para amenizar el rato, nos ponemos a mirar a donde ir hoy. En esta ciudad hay dos templos inmensos, uno budista y otro hinduista que son famosos y muy caros. Y no es por ser ratas, es que 18 y 20$ por entrar respectivamente es mucho. Hay un ticket combinado por el módico precio de 32$, pero claramente no vamos a pagar eso (¡más el transporte!).

Rápidamente decidimos que ya que estamos aquí alguno habrá que ver y nos decidimos por el barato. Esperemos que merezca la pena...

Iremos esta tarde, ya que nos han dicho que se ve un bonito atardecer desde allí.
Aprovechando antes de irnos a dar una vuelta, miramos nuestro siguiente destino. Nos lleva años por el mal wifi pero lo conseguimos. Autobús a Bromo, luego Surabaya y de ahí vuelo a las islas Gili.

Se nos hace un pelín tarde y decidimos ir a pasear por la zona más animada de mercado y comida. Me gusta esta ciudad, es tranquila pero tiene mucho ambiente. Y la gente es adorable, ni una sola persona ha sido desagradable. A penas vemos turistas y, aunque los locales saben poco inglés, con señas y sonidos nos hacemos entender. Se parten de risa. ¡Qué majos!

Comemos en puestecitos, cada uno a su gusto y antojo. Luego un heladito que hace un calor terrible y vamos a coger el bus.

Llegamos al templo Prambanan, un templo hinduista dedicado a la Trimurti, el dios de la creación, el de la conservación y la destrucción (Brahma, Visnú y Shivá).




Esta un poco nublado así que aunque la luz es bonita no tendremos la suerte de ver un precioso atardecer.

Unas fotos por aquí y por allá. Entramos, hay templos pequeños en torno a otros más grandes.

Hacemos unos amigos de Jakarta, son un grupito de unos seis chicos de 19 años. Acabamos bailando con ellos para uno de estos retos de internet, Turín Naik Challenge, instagrams para seguirnos y alguna que otra foto.
Cada templo está dedicado a un dios , ya nos son familiares y mola cuando puedes distinguirlos o al menos saber de qué va la cosa.




Curiosamente no vemos muchos indios, hay bastantes musulmanes visitándolo, pero lo mejor de todo es que nos hacen sentir como en India pidiéndonos fotos y selfies.


Ya va oscureciendo y ni con esas refresca. Vamos hacia el autobús y de ahí a la zona del mercado.
Cenamos algo y Paula y yo nos perdemos de camino al hostel. Es normal, son minicalles laberínticas, algunas sin salida y muy similares. Paula, dice saber dónde estamos en todo momento pero cada vez confío menos, hasta que se da por vencida y reconoce que estamos perdidas.

Callejeamos un poco más hasta que vemos una calle principal y llegamos exactamente al mercado de donde veníamos. No nos apetece perdernos más y vamos por el camino largo pero fácil. Nuestros amiguis ya están allí cuando llegamos, lógicamente.

Nos damos una ducha fresquita y nos tomamos una buena cerveza en la terraza. Jugamos unas cartas, le enseñamos a Jack a jugar a burro, aunque el dice "donkey" porque burro no le sale.
Y poco a poco vamos yéndonos a dormir.
Un día tranquilo pero muy chachi. Yogyakarta mola.

Buenas noches.

Án ☀️

1 comentario:

  1. Que gran cuudad Jogja !!! Aprovechad al máximo que va quedando poquito! Paula, si vais a Gili Air escríbeme.

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