Nada más abrir los ojos y mirar a Paula nos empezamos a reír, vaya noche graciosa la de ayer. Entre bailes, piñas, tatuajes y piscinas, llegamos a la habitación y solo tuve fuerzas para tirarme en la cama.
Es pronto pero la luz no nos deja dormir así que curiosamente nos despertamos todos con la idea de desayunar e intentar echar otro sueñecito con la tripa llena.
Cada uno cuenta sus batallitas y sus anécdotas de la noche y vuelta a la cama.
No recuerdo haber pasado tanto calor tanto tiempo sin descanso. Ni en la cama con el ventilador en frente se puede respirar.
Yo no consigo dormir pero al menos descanso y al rato empezamos a prepararnos para ir a la playa.
Antes de llegar nos dividimos para comer algo, unos quieren pizzas y otros prefieren comida más local así que ya nos veremos luego.
A pesar de que no es la playa más limpia de mundo, el agua es la más azul y cristalina que hemos visto hasta ahora.
Para mí el agua está demasiado caliente, para otros es la temperatura perfecta. Nos damos unos bañitos, paseamos a por un helado, unas cocacolas...
Jorge encuentra un par de cocos y cuando consigue abrir el primero está podrido. Se motiva con el otro y una vez a punto de probar el agüita de dentro se me ocurre olerlo. ¡Huele a muerte! Lo vacía entero al lado de las toallas, dice que soy una exagerada, y nos deja un asqueroso olor a podrido que no soporta nadie...
Es momento de ukelele, nos motivamos un rato hasta que es totalmente de noche y no vemos nada.Recogemos el chiringuito y nos vamos a dar una duchita al hostel.
El calor es insoportable, ni siquiera una ducha de agua fría nos refresca.
Vamos al mercado a cenar y poco después Paula y yo nos retiramos echas polvo a dormir.
El sueño y el calor han podido con nosotras...
Es pronto pero la luz no nos deja dormir así que curiosamente nos despertamos todos con la idea de desayunar e intentar echar otro sueñecito con la tripa llena.
Cada uno cuenta sus batallitas y sus anécdotas de la noche y vuelta a la cama.
No recuerdo haber pasado tanto calor tanto tiempo sin descanso. Ni en la cama con el ventilador en frente se puede respirar.
Yo no consigo dormir pero al menos descanso y al rato empezamos a prepararnos para ir a la playa.
Antes de llegar nos dividimos para comer algo, unos quieren pizzas y otros prefieren comida más local así que ya nos veremos luego.
A pesar de que no es la playa más limpia de mundo, el agua es la más azul y cristalina que hemos visto hasta ahora.
Para mí el agua está demasiado caliente, para otros es la temperatura perfecta. Nos damos unos bañitos, paseamos a por un helado, unas cocacolas...
Jorge encuentra un par de cocos y cuando consigue abrir el primero está podrido. Se motiva con el otro y una vez a punto de probar el agüita de dentro se me ocurre olerlo. ¡Huele a muerte! Lo vacía entero al lado de las toallas, dice que soy una exagerada, y nos deja un asqueroso olor a podrido que no soporta nadie...
Es momento de ukelele, nos motivamos un rato hasta que es totalmente de noche y no vemos nada.Recogemos el chiringuito y nos vamos a dar una duchita al hostel.
El calor es insoportable, ni siquiera una ducha de agua fría nos refresca.
Vamos al mercado a cenar y poco después Paula y yo nos retiramos echas polvo a dormir.
El sueño y el calor han podido con nosotras...
Ha sido un día de relax dentro se nuestro ajetreo constante así que de vez en cuando no viene mal.
¡Buenas noches!
Án ☀️
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