Nos levantamos otro día más escuchando como diluvia... Aunque esperemos que hoy nos de un poco más de tregua el tiempo.
Vamos apareciendo poco a poco en los sillones del hostel y aprovechamos el suerpermercado de al lado para desayunar bien.
Vaya, parece que no vamos a tener ni un ratito de sol, sigue diluviando.
Despuésde vaguear un rato decidimos ponernos en marcha, que con la lluvia apetece menos salir de paseo...
Preguntamos en el hostel para alquilar unas motos pero no les quedan y nos mandan a una tienda a un par de manzanas para que nos salgan algo más baratas. Vaya lío, tenemos que dejar el pasaporte, pero lo tienen en el hostel así que volvemos pero nos piden un depósito a cambio. Al final conseguimos alquilar tres motillos, hoy vamos de dos en dos que con nuestro nuevo amiguete Nacho somos 6.
Nos vamos a ver la cascada Paheng, que está cerquita y es de las más bonitas. Además Nacho ya lo conoce y es más fácil.
Aparcamos y subimos por caminitos, escaleras y piedras. Todo el paseo al lado de un riachuelo que se abre paso entre piedras y grandes desniveles.¡Es muy bonito!
Paramos en una zona con pozas para bañarnos y donde se puede estar sentado.
Echamos el rato pero empieza a llover, no nos importa pero como se nos ha hecho tarde nos vamos a comer.
Seguimos en moto hacia el noreste para ver las playas.
El camino es precioso, una carretera infinita llena de palmeras, junglas y montañas a ambos lados. Es una sensación genial.
Comemos pad thai rosa, sopa, huevos... Y nos vamos hacia la playa.
No llueve así que nos tiramos a charlar con musiquita y a descansar un rato. Se nos va el tiempo hablando y hablando, un poco de volteretas y tonterías y es completamente de noche.
Empieza a diluviar de nuevo. Nos refugiamos bajo un techo y cuando vemos que para un poquito cogemos las motos y de vuelta al hotel.
El camino se hace largo pero divertido, llegamos literalmente pasados por agua. Cubos y cubos de agua cayendo sobre nosotros. Pero tenemos cuidado y todo va bien.
En nuestro hostel ya están de fiesta a tope, pero nosotros preferimos una duchita rápida y a cenar.
Nos vamos al mercadito del pueblo y poco más. No hacer nada también cansa así que viendo el percal del hotel, preferimos hablar un ratito en la habitación y organizar el día siguiente.
¡Buenas noches!
Án☀️
Vamos apareciendo poco a poco en los sillones del hostel y aprovechamos el suerpermercado de al lado para desayunar bien.
Vaya, parece que no vamos a tener ni un ratito de sol, sigue diluviando.
Despuésde vaguear un rato decidimos ponernos en marcha, que con la lluvia apetece menos salir de paseo...
Preguntamos en el hostel para alquilar unas motos pero no les quedan y nos mandan a una tienda a un par de manzanas para que nos salgan algo más baratas. Vaya lío, tenemos que dejar el pasaporte, pero lo tienen en el hostel así que volvemos pero nos piden un depósito a cambio. Al final conseguimos alquilar tres motillos, hoy vamos de dos en dos que con nuestro nuevo amiguete Nacho somos 6.
Nos vamos a ver la cascada Paheng, que está cerquita y es de las más bonitas. Además Nacho ya lo conoce y es más fácil.
Aparcamos y subimos por caminitos, escaleras y piedras. Todo el paseo al lado de un riachuelo que se abre paso entre piedras y grandes desniveles.¡Es muy bonito!
Paramos en una zona con pozas para bañarnos y donde se puede estar sentado.
Echamos el rato pero empieza a llover, no nos importa pero como se nos ha hecho tarde nos vamos a comer.
Seguimos en moto hacia el noreste para ver las playas.
El camino es precioso, una carretera infinita llena de palmeras, junglas y montañas a ambos lados. Es una sensación genial.
Comemos pad thai rosa, sopa, huevos... Y nos vamos hacia la playa.
No llueve así que nos tiramos a charlar con musiquita y a descansar un rato. Se nos va el tiempo hablando y hablando, un poco de volteretas y tonterías y es completamente de noche.
Empieza a diluviar de nuevo. Nos refugiamos bajo un techo y cuando vemos que para un poquito cogemos las motos y de vuelta al hotel.
El camino se hace largo pero divertido, llegamos literalmente pasados por agua. Cubos y cubos de agua cayendo sobre nosotros. Pero tenemos cuidado y todo va bien.
En nuestro hostel ya están de fiesta a tope, pero nosotros preferimos una duchita rápida y a cenar.
Nos vamos al mercadito del pueblo y poco más. No hacer nada también cansa así que viendo el percal del hotel, preferimos hablar un ratito en la habitación y organizar el día siguiente.
¡Buenas noches!
Án☀️
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